Llaman al orden y los españoles nos tiramos a las tiendas de alimentación y menaje con la idea común de dejar las estanterías limpias. En Estados Unidos el presidente Trump se pone (más) patético y los norteamericanos corren a aprovisionarse de armas, como nosotros hacemos con el papel higiénico. El Gobierno estadounidense dice que la venta de armas es "servicio esencial", como la del pan y la leche. La diferencia es evidente: los españoles somos un pueblo inestable y los norteamericanos son simplemente un pueblo enfermo.
Lo cierto es que con las armas no se come, por lo que la pulsión compradora de rifles de repetición tiene bastante menos sentido que quien se lleva 20 kilos de arroz de una tacada. Con el papel higiénico tampoco nos alimentamos, bien es cierto, pero no deja de haber una relación biológica.
Encuentro en la cola del súper a un hombre con el carrito repleto de latas de refresco. Las contó la cajera y, de paso, las conté yo, que esperaba turno: 65. Igual no las llevaba para beberlas sino para bañarse con ellas. Hay gente muy rara, y en estos días, más.