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Cien años de soledad

Evelio G. Palacio

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Vuelve el hombre primitivo. De tanto ampliar la reclusión y guarecerse como neandertales en la cueva vamos a cogerle el gusto. Luego nadie querrá salir a la intemperie, afirma Coppen, cronista oficial de Lugones. Sin desánimo ni desmayo este sierense lleva diecisiete años seguidos, "el día que yo pare, malo", presentando a su localidad como candidata al premio al "Pueblo Ejemplar". Amar la casa es amar la tierra donde se alza. No existe castillo sin coto, ni fidelidad sin señorío.

José Luis, 85 años, en capilla, "sin derecho a respirador", informa desde Oviedo que solo sale del refugio anticovid para tirar la basura. El otro día bajó a mover el coche para que no se le deterioraran los neumáticos y no arrancó. "A pesar de que su batería estaba casi sin estrenar". Tanta abundancia de tiempo le permite bucear en busca de la verdad estadística: "¿Por qué no se da publicidad a la tabla que demuestra que España tiene el mayor porcentaje de fallecimientos por millón de habitantes?". Otros frutos de su rigurosa observación: "Las diez comunidades del país con menor tasa de mortalidad tienen mar. ¿Será por la incidencia de la brisa marina? En la costa hay más concentración de oxígeno, de yodo, de ozono, de iones negativos y de humedad. Habrá que tenerlo en cuenta por si acaso".

Luis, ferroviario, de Pañeda, parroquia de Anes, concejo de Siero, deja constancia con amargura del dolor por la pérdida de los vestigios del tren de Macondo. Recuerda que en el gran parque temático de Port Aventura, Tarragona, entre montañas rusas y toboganes, hay una foto del plano inclinado de San Pedro. Carece de sentido, pero allí resplandece, como antecedente histórico de tanta inclinada atracción. Al primer túnel ferroviario de España, el de Conixho, ni una minúscula placa lo reconoce. "Somos así de lamentables".

La conexión telemática sin hilo, por antenas repetidoras, resiste dignamente el envite, como los niños el encierro. Dos barras de cobertura, ni frío, ni calor: enlace estable. Acceso a videoconferencia de la Cámara de Comercio de Oviedo con el doctor Ángel José López Díaz. Fuera esmoquin, frac y ropa elegante del viejo mundo. Ir de etiqueta ahora, la nueva norma social, viene a explicarnos, significa no sucumbir al fetichismo de las mascarillas y los guantes, lavarse las manos constantemente, toser siempre en el codo, usar pañuelos desechables de papel y marcar distancias.

Santi, ojo de halcón, mediocampista frustrado por un objetivo, el de la cámara, calma su ansiedad futbolera y promociona a un malabarista del balón de Montmartre, París. Trepa por una farola dando toques como si tuviera la pelota cosida al cuerpo.

Nacho, desde Madrid, busca motivos por los que seguir adelante "ante la pesadumbre y la tristeza. Muchos ya hemos perdido a seres queridos". Propone a hosteleros, hoteleros y comerciantes autograbarse vídeos con sonrisa, pasión y dedos en forma de "V". Uve de victoria y de volveremos. Uve de vida y de valor. La vida y sus vueltas, llena de microhistorias como estas. Ni en la peor de las circunstancias se detiene.

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