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Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

El largo adiós al corto aliento

Amanda: "Creo que nací con el estigma de la melancolía protectora que evita riesgos innecesarios. No es una virtud, desde luego, pero me niego a considerarme culpable por admitirla como animal de compañía. De alguna manera, he aceptado como inevitables algunas sensaciones que al resto de la gente les pueden parecer negativas, incluso tóxicas, llegando a encontrar en ellas puntos fuertes que me garantizan no ceder más de la cuenta ante las debilidades que nos acechan cada día. O cada noche. Es una mezcla de desconfianza, escepticismo e indiferencia que, mezclados con un gran dinamismo vital y un buen número de audacias que no entienden de precauciones, me convierte en un cruce entre la defensa y el ataque que a los demás suele desconcertar. Ya cuando era una niña podía pasarme largas temporadas rebotando por las calles con las amigas menos convenientes a ojos de mis padres y, de repente, me hartaba de ellas y pasaba a una etapa de ceñuda contemplación del mundo con generosas raciones de ensoñaciones varias. Así llegué a una adolescencia torpe y deslenguada, como suele ocurrir, pero en la que no me dejé llevar abatimientos excesivos ni protestas excesivamente airadas. Mis primeros amores, por eso, apenas me dejaron huella y apenas los recuerdo como vagas experiencias de experimentación y jovialidad carnosa en las que los sentimientos eran más vistosos que profundos. A los chicos les llamaba la atención mi mirada melancólica, como si hubiera un misterio detrás de ella que se les obligara a resolver. Yo era consciente, sin saber muy bien por qué, de que me iba a costar mucho, muchísimo, encontrar a personas con las que sentir algún tipo de afinidad alentadora e inspiradora, y casi siempre me conformaba, y me conformo, con amistades livianas sin complicidad que valga la pena, con amores fugaces y poco distinguibles entre sí, con trabajos en los que dar poco de mí misma para no exponerme al fuego abrasador de la decepción. Manteniéndome al otro lado de la barrera me anticipo a las derrotas diciendo adiós antes de que llegue al corto aliento de la tristeza".

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