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Rufián "despechao" y Casado "desconcertao"

Movimientos tectónicos en el Congreso

Inés Arrimadas, con diez diputados y una sola votación, situó a Cs en el centro de la escena política. Albert Rivera con cincuenta y siete escaños, un debate de investidura y un Gobierno de coalición con el PSOE, cantado, salió de la política por la puerta de atrás.

"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", canta Rubén Blades en "Pedro Navaja". Y saltó la sorpresa. Primeras votaciones transversales sobre la continuidad del estado de alarma. En torno al "sí" y alrededor del "no". Venció la propuesta del Gobierno y Cs estaba allí. También el PNV, pero esto es más habitual

"Quien a hierro mata, a hierro termina", sigue la canción. Rufián y Casado se proponían dejar al Presidente contra las cuerdas y a punto de ser noqueado. Los que terminaron en la lona fueron ellos. Uno absteniéndose en soledad. Otro votando lo mismo que Vox.

Rufián llegó, como Pedro Navaja, "con el tumbao que tienen los guapos al caminar". Avisó una semana antes: "No sé cuánto le importa la legislatura al Gobierno, pero parece que muy poco. Se acabaron los avisos".

Él y Ezquerra son así. Francisco González-Ledesma, en "Expediente Barcelona", describe a un empresario catalán que tiene "un carnet de la Ezquerra con un número muy bajo. Ahora bien, cuando las cosas empezaron a complicarse, (?), se hizo la reflexión de que aquello, al fin y al cabo, podía perjudicar el negocio y desde entonces delimitó muy bien los dos campos: en uno estaban los que favorecían a la empresa y en otro los que perjudicaban a la empresa. Esta pasó a ser su filosofía política definitiva". Cambiando "empresa" por "independencia de Cataluña", su análisis es de plena actualidad.

Esquerra se desentendió del acuerdo para preservar la salud de los españoles porque "niegan un proyecto común, de todos y para todos los ciudadanos del Estado" (Felipe González). Ya sabe el PSOE a qué atenerse.

Casado subió a la tribuna, "caló el chapeo, requirió la espada, / miró al soslayo, fuese y no hubo nada". Clavó a Cervantes. Ni Vox fue capaz competir con su destructiva crítica. Desconcertó a propios y extraños. Se le notó más aznariadamente crispado que rajonianamente relajado. No tuvo su mejor día.

Mientras tanto, los españoles siguen pidiendo acuerdos políticos de amplio espectro. Aunque cada vez son más pesimistas al respecto.

Dada su carencia, el consenso busca refugio en el consumo. Harina, levadura y bicarbonato gozan de amplio beneplácito. Para otras utilidades, se incrementa el de tinte para el pelo, tratamientos contra la celulitis y perfumadores de ropa.

No renunciamos a la "chapa y pintura" personal. Antes rotos que sencillos.

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