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La cadencia Donés, por Javier Blanco

"Asturias me encanta, y el queso cabrales; de los 3 a los 5 años viví en Oviedo por el trabajo de mi padre ". Así recordaba a este diario Pau Donés en mayo de 2017 su pasión por el Principado con motivo de un concierto en Gijón. En aquella época asturiana aprendió a esquiar en Pajares. Y reconocía Donés que "cada vez que actúo en Asturias me encanta, y más en esta ocasión, porque es un formato especial de celebración que no se repetirá, y porque llevaba años sin venir".

El cantante negó entonces que la música fuera su refugio contra el cáncer porque lo tenía como compañero ineludible "como otro tiene hepatitis. Es una enfermedad peligrosa y a veces grave, pero convivo con ella. No lucho contra ella, no le dedico más de cinco minutos, y a pesar de estar ahí puedo hacer una vida casi como la que hacía antes. He dejado de beber y salir por la noche y me ha venido muy bien, y a partir de ahí sigo viviendo a mi manera. La música es mi recreo, un espacio muy importante".

En junio de 2005, Donés actuó en las fiestas de San Xuan de Mieres y también entonces hizo mención a LA NUEVA ESPAÑA de su pasado en Asturias, una tierra que recordaba "muy gris" y que en esa ocasion se encontró con un sol resplandeciente. Donés residió en Oviedo "en una calle cercana a un gran parque en el que había una osa", en referencia a la emblemática "Petra" y al Campo de San Francisco, y asistió a un colegio "muy pijo" y con unos "campos enormes" del que no recordaba el nombre. Lo que sí recordaba es que en aquel Oviedo conoció a un pequeño de Mieres de su misma edad que "se llamaba Alfonsito" y que "sus padres tenían un bar". Estaba ilusionado por reencontrarse con su amigo de correrías y pupitres de la infancia, pero no pudo ser.

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