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LNE FRANCISO GARCIA

BILLETE DE VUELTA

Francisco García

El cascayu, la lloca y el váter

Una criticada actuación municipal que recuerda los orígenes de otras de anteriores mandatos

Suele ocurrir en Gijón que una actuación municipal cuestionada con severidad en el presente consiga refrendo popular en el futuro; que los denuestos iniciales que recibe una decisión polémica del mando consistorial acaben, con el paso del tiempo a su favor, en general aplauso y pláceme. Así ocurrió con el monumento a la "Madre del emigrante", que de inmediato se convirtió, para mofa del respetable, en "la lloca de El Rinconín", o con el "Elogio del horizonte" de Chillida, que fue comparado de inicio con el retrete de un descomunal simio cinematográfico. Poco importó, de entrada, la autoría eminente de tan destacados artistas. Las críticas recientes a la peatonalización del entorno del paseo marítimo son menudencia si se comparan con las que sufrieron hace décadas "la muyerona" y el "trono" escatológico de King Kong.

Como el futuro no envía heraldos, resulta difícil aventurar si el tijeretazo al tráfico rodado en Rufo García Rendueles se perpetuará o sucumbirá a la provisionalidad de las ocurrencias. Habrá que darle tiempo al tiempo y acostumbrarse a que las ciudades son más habitables cuanto más espacio reservan para el paseo y el esparcimiento de quienes las habitan. Faltan unos años para abrazar certezas y dilucidar si la decisión de la Alcaldesa sobre el ensanche de la peatonalización del entorno del Muro supone una cabezonería personal o se trata del acierto de una visionaria. Por lo pronto, la obra de marras ya ha sido bautizada con el peculiar gracejo gijonés, de habitual coñón: "El Cascayu". Por ahí se empieza.

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