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Luis M Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Irrealidad

Concluye el año y el programa principal del día es la irrealidad. Por si no hubiéramos vivido doce meses terribles, el Gobierno, triunfalista, nos viene a decir que todo cuanto nos afecta es fruto de la imaginación y que los problemas pendientes de este país no son la pandemia, el paro y el empobrecimiento moral y económico de la sociedad, sino la Corona y la condena a los golpistas catalanes del procés que se empeña en indultar sin que siquiera hayan mostrado arrepentimiento por lo que hicieron. Los españoles tienen entre sus principales preocupaciones, según se desprende del balance y de los planes de Sánchez, la modernidad de la monarquía y la suerte de los condenados catalanes por sedición y malversación.

La euforia y la autocomplacencia más desorbitadas, propias de la agitación política, que alguien podría justificar en otras circunstancias, no son excusables en los tiempos que corren cuando el Gobierno se obstina en seguir un camino distinto que el que marca la inquietud de los españoles. ¿O acaso existe ese estado de desasosiego para fijar entre las prioridades dos que no lo son para casi nadie, como la modernización monárquica y los indultos del procés? En realidad, esta inquietud solo responde a los intereses del propio Ejecutivo. En lo que atañe a la Corona, una parte de él pretende esquivar la acometida de sus socios populistas con la excusa de la “ejemplaridad”. Y, de paso, me temo abrir una vía para secuestrar la voluntad del monarca y que acepte la reforma constitucional para doblegar el actual sistema e ir avanzando en la España de las naciones a cambio de posponer el falso debate republicano. Casado, tras apuntarse, se ha dado cuenta y ha dicho que al Rey se le puede reforzar sin tocar la Constitución, que es el objetivo. El inmediato, son los indultos para sellar el apoyo independentista en toda la legislatura. En fin, que nos sea leve en la hora en que la realidad siente un deseo absurdo de irrealidad.

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