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Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

El mejor de los planes

Violeta: “No tengo remedio. Y no es que me importe, la verdad sea dicha. No a mis cincuenta y tantos: lo bueno de cumplir años es que, a poco que te lo curres, la mayor parte de las cosas que te intimidaban décadas antes ya han perdido su capacidad tóxica. Así que me permito el lujo de disfrutar al máximo de una de mis aficiones favoritas: hacer planes. Vale, eso es algo que hacen millones de personas en el mundo, no tiene nada de malo ni de raro. Pero es que yo me paso horas y horas haciendo planes que sé positivamente que nunca cumpliré. Y, lejos de sentirme frustrada o fracasada por ello, me divierto y disfruto con cada proyecto enunciado, desarrollado y nunca ejecutado.

Es mi juguete favorito. Elaboro una larga lista de objetivos y luego voy haciendo con ellos una extensa y fértil planificación. Los campos de actuación son enormes. Y muy variados. Planifico mi asalto definitivo al polaco, idioma que siempre me ha fascinado. Hago croquis de mi táctica para cambiar de trabajo. Lleno hojas con esquemas de las novelas y obras de teatro que nunca escribiré. Hago listados de asignaturas pendientes y dejo la puerta abierta a cuanto sueño me sale al paso. ¿Retomar mi pasión por el violín? Claro, tengo una lista con los mejores auditorios del mundo en los que actuar, con mapas de las ciudades y lugares dónde comer bien. ¿Cerrar viejas heridas con amigas, familiares y compañeras de trabajo? Me paso horas completando el dossier en el que enumero los desencuentros y planteo fórmulas para buscar acercamientos y tratar de recuperar la relación. Mi plan de lectura y películas esenciales exigiría unos veinte años de actividad incansable. Y tengo mi ordenador lleno de archivos que albergan docenas de plazos que no cumpliré, cientos de sueños que no me alcanzarán”.

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