La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vicente Montes

Adriana Lastra: lealtad y convicción

La asturiana, uno de los pilares de Pedro Sánchez, sobrevive a la sacudida en el PSOE

Dicen en el PSOE asturiano que si alguien quiere foguearse en el difícil arte de tener controlado el partido y ser consciente de su peso debería pasar por la FSA, una de las federaciones que históricamente más ha mantenido vivo el pulso político interno. Adriana Lastra aprendió en la secretaría de Política Municipal del partido en Asturias cómo apagar fuegos y llegar a acuerdos. Ejerció con lealtad a Javier Fernández y su equipo ese aprendizaje, sostienen quienes la conocieron en todas las etapas, pero hasta cierto momento: supo también cuándo sus convicciones debían estar por encima de esas lealtades. “En el fondo, cuando ella dio el paso de apostar por Pedro Sánchez pese a que tenía todos los vientos en contra lo hizo convencida de que era lo que el partido necesitaba. Y lo hizo aunque su posición en el aparato en Asturias podría haberle permitido permanecer cómoda : es decir, pensaba en el partido en todo momento, incluso contra lo que podría parecer más adecuado de manera egoísta”, asegura una de las personas más próximas en Asturias a la vicesecretaria general del PSOE. ¿Esa demostrada lealtad garantiza que Adriana Lastra seguirá siendo la figura significativa en el PSOE de Pedro Sánchez que es hoy? Todo parece indicar que sí, pero el partido que saldrá tras el próximo congreso federal despierta muchas incógnitas internas. “Pase lo que pase, su convicción de que el partido está por encima la hará aceptar lo que sea mejor para el PSOE”, sostiene otro dirigente.

Adriana Lastra

En cualquier caso, la asturiana Adriana Lastra tiene el bastón de mando de Ferraz. Siempre lo tuvo, pero la sorprendente salida de José Luis Ábalos (sorprendente no por el relevo en el Ministerio sino por su decisión de dejar la secretaría de Organización del partido) la coloca a ella en el foco. Lastra y Ábalos siempre han mantenido una buena relación, y hay evidencias de que así ha sido hasta hace bien poco. Por eso, la ausencia de Lastra en la despedida de Ábalos alimenta las especulaciones.

Si con su crisis de Gobierno Pedro Sánchez pretendía agitar el partido lo ha conseguido a base de bien. Sus cambios en el Consejo de Ministros han pillado por sorpresa hasta a sus dirigentes territoriales más próximos. El fin último de los movimientos de Sánchez parece insondable. “Es hermético”, sostienen quienes le conocen. Y tanto, si es cierto que el propio Ábalos conoció el pasado sábado que sería relevado del Ministerio y que no continuaría con la secretaría de Organización del partido después del Congreso Federal.

Un hecho es incuestionable: que en la sacudida que Sánchez le ha dado al partido Adriana Lastra ha permanecido incólume, pese a que dos de las personas con las que ella mantenía una buena sintonía personal, Carmen Calvo y Ábalos, han sido relevadas. La transición hacia ese congreso federal de octubre sobre el que tantas incógnitas se ciernen pivota sobre ella. Puestos a renovar, Sánchez ha mantenido a Lastra como portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, a la que designó siendo la persona más joven del partido en ocupar ese puesto. Esa doble vertiente la refuerza internamente como referente del peso de la organización. Los suyos elogian su capacidad de negociación parlamentaria y su pulso para combatir en el hemiciclo a la derecha.

Pudiera ser que ni siquiera Adriana Lastra conozca lo que Pedro Sánchez planea para octubre, y tal vez tampoco Sánchez lo tenga claro aún, porque sus decisiones suelen perseguir más objetivos inmediatos que de medio o largo plazo. Sea como vaya a ser, la cosa es que cuando el partido abrió los ojos tras la sacudida, Adriana Lastra seguía allí.

Compartir el artículo

stats