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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Derrick Rossi y los mosquitos

Derrick Rossi, presidente de Moderna, heraldo del ARN mensajero y padre putativo de la vacuna que muchos de ustedes portan como salvoconducto contra el covid, más que un científico al uso asemeja a una estrella del rock, tal que un Bono de “U2” rodeado de probetas y microscopios en vez de guitarras y baquetas. Uno de los “Magnificent Seven” premiados con el “Princesa de Asturias” de Investigación Científica dijo, en su reciente aparición en Asturias para recoger el merecido galardón, que, cumplido el reto de convertir el coronavirus en un virus estacional, el siguiente reto es resolver problemas para los que aún no existe solución. Por ejemplo, encontrar antídoto eficaz contra las mordeduras de serpientes venenosas, que cada año se cobran 125.000 vidas en el planeta. Y, sobre todo, solucionar los graves problemas de salud que provoca el mayor asesino de la historia: el mosquito.

Ni las guerras ni las peores pandemias han ocasionado más muertes que ese minúsculo insecto, al que debemos que el mundo que conocemos sea como es y no de otra manera, si tenemos en cuenta que el Imperio romano, epicentro de nuestra cultura, sobrevivió al ataque de Aníbal y su fabuloso ejército cartaginés de soldados raudos e imponentes paquidermos porque antes de la batalla definitiva el invasor africano acampó en las lagunas Pontinas, una ciénaga al sureste de Roma donde los soldados de Cartago contrajeron la malaria.

Siglos después, los bárbaros de Alarico sitiaron Roma y en las aguas pantanosas cercanas a la ciudad les aguardaban no las victoriosas legiones de antaño, sino ejércitos de mosquitos infectos. Muchos fallecieron de malaria. No es extraño por tanto que Rossi tenga, muchos siglos después, en el punto de mira al “Anopheles”.

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