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Herminio Huerta

Para cambiar

Herminio Huerta

Tontos, caros y peligrosos

El peligro de los no vacunados para la sociedad

Últimamente los medios están llenos de historias de personas que no se han querido vacunar y, por ese motivo, han contraído el covid. Hay un montón de casos de ciudadanos que, a pesar de ser convocados, rechazaron la vacuna y se han muerto por haber contraído el virus (hay que ser imbéciles, cascar por negar la existencia) y otro sin número de ellos que, una vez infectados, han sido hospitalizados durante un largo periodo de tiempo y muchos se lamentan de que padecen secuelas importantes en su salud motivadas por esta enfermedad.

Acorde con mi talante liberal, no me gustan las imposiciones por la fuerza ni coartar la libertad en la vida de las personas, pero en casos de emergencia nacional como es el caso, esta justificada cualquier medida para proteger a la población en general.

La historia de uno de esos negacionistas, que se ha pasado 78 días en la UCI por no querer vacunarse, nos puede servir de ejemplo de cómo un tonto ignorante puede ser peligroso y tremendamente caro para todos los españoles.

Peligroso porque es una fuente de contagio para todo su entorno pues, un individuo como este, que durante muchos días decía que los síntomas eran los de un simple resfriado, sin querer someterse a consultas ni pruebas, puede llegar a contagiar a mas de mil personas, por tanto queda claro que un enfermo del virus sin ser detectado, es una bomba para el resto de la población.

A este cretino alicorto, por su cabezonería y peligro para los ciudadanos, habría que pasarle la factura del tratamiento al que ha sido sometido durante los 78 días que estuvo internado en el hospital, que asciende, calculando por lo bajo, a mas de cien mil euros, pues cada día en la UCI cuesta 1.400 euros de media.

Ese personaje que menciono, todavía tiene la desfachatez de declarar que no se quiso inocular porque no confiaba en la vacuna debido a que le parecía raro que los científicos tardaran tan poco tiempo en inventar el remedio y que por eso rehusó. Añade textualmente: “casi no salgo, podía haber muerto”, como si estuviera echando la culpa a alguna institución o a alguien en particular.

Este caso es solamente un ejemplo, pero hay multitud de ellos similares e incluso mas dramáticos, de gente que, por su repulsa a la vacuna, han contagiado a toda la familia y amigos, matando a varios de su entorno.

Según el boletín de la Comunidad de Madrid, la semana pasada, todavía sin que se produjera el repunte de la sexta ola, de los ingresados, había 450 muy graves y 150 en la UCI, todos ellos pacientes que se opusieron a ser vacunados por decisión personal. En el resto de los hospitales de todas las Comunidades Autónomas ocurre exactamente lo mismo, así que la única forma de combatir a estos peligrosos estúpidos insolidarios es marginándolos y aislándolos socialmente, o bien imponiendo la obligatoriedad de la vacuna o aprobando la exigencia del pasaporte covid para toda actividad social y laboral.

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