Hay un modo infalible de saber antes de llegar si la oficina bancaria que buscamos está abierta o cerrada. Si tiene una cola delante está abierta, si no la tiene está cerrada. Pero esto es solo la parte visible del problema. Para poder estar a la cola con esperanza de algún resultado tiene uno que pedir hora, para pedir hora tiene que pasarse varias (a veces días) esperando que le cojan el teléfono y si se lo coge una máquina tiene que esperar a que le llamen al número que les deje, lo cual puede suceder o no. Así que el “vuelva usted mañana” del que escribía Mariano José de Larra hace casi dos siglos a propósito de la burocracia ha regresado para todo aquel que tiene un problema que no se puede solucionar online o que no hace vida online. Los bancos se han confinado con nuestro dinero dentro (una especie de corralito), pero de esta otra covid persistente se habla poco.