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La mujer, ante los grandes retos de la década

Por una mayor presencia femenina en los puestos de decisión

“Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Este es el lema que el pasado 3 de diciembre publicó ONU Mujeres para el Día de la Mujer 2022. Una forma de reconocer que las mujeres y las niñas de todo el mundo están liderando multitud de acciones conducentes a mitigar el cambio climático. Con seguridad lo hacen por convencimiento, pero además, lo necesitan para sobrevivir.

Los desastres naturales, cada vez más frecuentes y devastadores, asociados al cambio climático, siempre afectan más a las personas más vulnerables, las más pobres y dependientes de los recursos naturales. Digo que es una cuestión de supervivencia porque, según datos de Naciones Unidas, el 70 % de los pobres del mundo son mujeres y 47 millones más, están en camino a la extrema pobreza (vivir con menos de 1,90 $/día). Y todo esto cuando las mujeres producen más del 50% de los alimentos, realizando más del 60% del trabajo del mundo. Eso sí, solo reciben el 10 % de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad. De hecho, no hay ni un paÍs en el mundo en el que exista igualdad económica entre hombres y mujeres.

Quiero poner el foco en esta falta de recursos de la que no se habla mucho y que frena su independencia económica y el acceso a los recursos y a derechos fundamentales como la sanidad o la educación. Durante el pasado año 2020, once millones de niñas se vieron obligadas a dejar sus estudios. Esta falta de acceso a la educación genera pobreza y ésta no permite acceder a la educación. Un cÍrculo vicioso perverso en que la extrema pobreza impide acabar con ella. Esto es terrible porque hay casi 800 millones de analfabetos en el mundo y de ellos casi dos terceras partes son mujeres.

Para acabar con estos desequilibrios y desigualdades, las mujeres tenemos y debemos asumir el control de las estructuras que diseñan las políticas a seguir, definir nuestro propio campo de juego para defender nuestros intereses y atender nuestras necesidades, que son muchas y urgentes. Estamos de lleno en una nueva revolución industrial, la de la tecnologÍa. Esta revolución puede aumentar aÚn más los desequilibrios y alejarnos de la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible. Así, no es extraño que el secretario general de la ONU haya propuesto reunir a lÍderes de todo el mundo en la que ha denominado “cumbre del futuro”. Uno de los ejes de esta propuesta es regular las nuevas tecnologÍas. Si se llega a celebrar esta cumbre, prevista para 2023, estarán los líderes de los 193 estados miembros, en los que el 90 % de los jefes de estado y de gobierno son hombres, lo que vuelve a dejar sin voz a las mujeres en los lugares donde se toman las decisiones. La inmensa mayoría de los países nunca han sido gobernados por una mujer. Si seguimos en esta tendencia tardaremos más de 100 años en llegar a la paridad en la polÍtica.

El “cambio de paradigma” que, según algunos, supone esta revolución tecnológica está transformando nuestra forma de entender el mundo. Es el momento de que prevalezcan los criterios de las mujeres para establecer otro orden de prioridades, porque en el centro de las decisiones estará el bienestar de las personas, en especial de las más vulnerables, y garantizar la sostenibilidad del planeta.

Sirva como argumento de esta afirmación conocer el más reciente Mapa de las Mujeres en el Poder de la Unión Interparlamentaria y ONU mujeres. La mayoría de las mujeres en puestos de decisión manejan prioridades relacionadas con las personas, sus problemas sociales, el trabajo, la educación, el medio ambiente, los recursos naturales, la energía...

Solo desde las posiciones de poder podemos implementar las acciones concretas que están muy bien identificadas por los organismos internacionales y que son bastante coincidentes con los intereses femeninos.

Si no conseguimos una igualdad de género real para todas las mujeres del mundo, no avanzaremos y habrá una minoría de élite que diseñará un futuro carente de la riqueza de la diversidad, a la medida de unos pocos, y que nos afectará a todos. “Igualdad de género hoy para garantizar el futuro”.

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