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Xuan Xosé Sánchez Vicente

Un debate manipulado por TVE

El formato y la cadena favorecieron a Sánchez

Pedro Sánchez es un magnífico actor. Tiene, además, buen porte, una voz cálida, una pronta sonrisa. Feijóo, por el contrario, es un tipo de gesto serio, poco dado a la sonrisa, mal actor ante las cámaras: confía en lo que dice, no en el gesto. El encuentro se desarrolla, además, en evidente desigualdad: tiempo sin límites para don Pedro; quince minutos para Feijóo. Más aún: los últimos tres minutos de don Alberto, seguramente ya excedido en su licencia temporal, los minutos en que el del PP cierra el discurso con su oferta de "pacto por España", machacados continuamente por el presidente del Senado: "concluya usted, señor Feijóo".

¿Más? Sí, más. TVE. Mientras habla don Pedro, las cámaras captan de vez en cuando los gestos "feos" del líder popular ante las palabras del socialista, cuando le sorprenden, le extrañan o le parecen demagógicas: el ceño, los labios fruncidos, el gesto de extrañeza que comenta con Maroto. En cambio, cuando habla Feijóo, las cámaras "sorprenden" a Sánchez sonriendo y riendo ante las acusaciones o ataques de aquel.

Por lo demás, el discurso de Sánchez se adornó con Europa y sus "conquistas" allí, proclamó la solidaridad europea, acusó reiteradamente a Putin ("Putin" fue la palabra más usada por el Presidente); publicitó sus medidas de apoyo a la "clase media trabajadora", ese "hipogrifo violento", que, permítanme fui el primero en señalar; sumó todo el gasto a unos y a otros (de dónde sale el dinero nada dijo); acusó a la derecha de estar al servicio de la oligarquía y se proclamó el defensor del pueblo. Notable y aplaudible fue su afirmación final de que no hemos entrado, ni España ni Europa en un destino de retroceso.

Feijóo, por su parte, recordó al Gobierno sus insultos hacia su persona; señaló las permanentes contradicciones entre los ministros del Gobierno y sus vueltas atrás, así como las rectificaciones de Sánchez, varias de ellas sobre lo propuesto por el PP anteriormente; contradijo los datos que el Gobierno proclamaba sobre el paro y la inflación; se extrañó de que el PSOE prefiriera llegar a acuerdos con Bildu, Podemos o ERC en vez de hacerlo con él; se ofreció para llegar a acuerdos "por el bien de España" si Sánchez se libraba de sus ataduras.

Comprimido por el tiempo, falto de la "gracia" de Pedro Sánchez, obligatoriamente conciso, seguramente algunas de sus propuestas o críticas no habrán sido entendidas más que por los que ya están en ello, los entendidos.

¿A quién llegó cada uno? Las encuestas dirán. Desde luego, el formato y TVE hicieron lo posible por conseguir el éxito del Gobierno.

¡Ah! El título alternativo habría sido: "Los rojos no usamos corbata", ese infantilismo.

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