Los fundamentos de la ley trans

Os perseguirán por decir la verdad, la afirmación que vaticinó Chesterton hace cien años

Ángel Jiménez Lacave

Ángel Jiménez Lacave

"La historia de todas las sociedades hasta nuestro días es la historia de la lucha de clases". Así comienza el Manifiesto Comunista escrito por Marx en 1847. Y a continuación enumera los antagonismos de clase que han ido apareciendo con el paso del tiempo: libres y esclavos, patricios y plebeyos..., y el de su época: burgueses y proletarios.

Marx, conocido por su visión socioeconómica de la vida del hombre y por sus escritos sobre las injusticias que originan estos antagonismos, concluyó que la única manera de resolverlos era con la revolución. Pero Marx, ante todo, era un filósofo y, como tal, tuvo que responder a las grandes preguntas, cómo la de qué (quién) es el hombre. La respondió así: "... es en la práctica donde se demuestra la verdad y por lo tanto el hombre es lo que hace".

Si para el marxismo el hombre es lo que hace, para los existencialistas el hombre está "arrojado" al mundo, lo único que sabe es que existe, pero no sabe lo que es y, por lo tanto, uno se constituye existiendo. El máximo representante de esta corriente fue Sartre, que resumió su existencialismo radical en la famosa frase: "El hombre es una pasión inútil". Porque si todo el afán del hombre es llegar a ser y el ser no sabemos lo que es, la vida carece de sentido.

Simone de Beauvoir, compañera de Sartre, denunció en sus escritos la marginación que sufría la mujer en los años 20. Para conseguir la igualdad entre el hombre y la mujer, Beauvoir aplicó la idea marxista de la lucha de clases a la lucha de sexos. Y, además, dado que para ella, como para el existencialismo radical, el ser humano se construye existiendo, creó el concepto de que la mujer se hace a través de la cultura: "La mujer no nace, se hace", dijo en uno de sus libros.

Las ideas de Beauvoir fueron configurando el feminismo marxista que se caracterizó, entre otras cosas, por ir consolidando cada vez más la separación que creen que hay en la sexualidad entre lo biológico –que llamaron sexo– y el componente no biológico que se adquiere, según ellos, por la cultura. Este último componente es lo que denominaron "género". Conviene recordar que, según otras filosofías, la cultura moldea a la persona (Ratzinger) y a la sexualidad, pero no las crea.

Gloria Solé Romero, en su libro "Historia del feminismo", indica que fue Margaret Mead la primera autora que tuvo la idea de etiquetar con el término "género" a ese componente no biológico de la sexualidad. Mead, contribuyó con sus estudios a consolidar la idea de que son los factores culturales los que determinan los roles sexuales, y los etiquetó con el nombre de "géneros".

Otros autores atribuyen al Dr. Money la autoría de este término como un recurso para asignar el sexo a los niños nacidos con unos genitales externos poco diferenciados (estados intersexuales). Su intento de educar como niña a un niño sin pene a consecuencia de una infección resultó en tragedia. Este suceso se describe con detalle en el articulo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el día 5 de noviembre de 2022, con el título "¿Qué es eso del ‘género’?".

Por influencia de ciertas corrientes filosóficas y de diferentes grupos de presión, la teoría de género fue calando en las agendas de la ONU. En la conferencia de la mujer celebrada en Pekín en 1995 se mundializó esta teoría, que en resumen consiste en desestimar el cuerpo para identificar la sexualidad, al depender esta exclusivamente del componente no corpóreo, que llamaron "género". Una de las ponentes que más destacó en su defensa fue Judith Butler.

Años más tarde, Butler se dio cuenta que tal teoría incurría en una contradicción: si el cuerpo no cuenta como sujeto de la sexualidad (los niños tiene vagina y la niñas pene, era su lema) y lo que cuenta es lo que se construye, un rol social, resultaría que este rol (el género), no podría ser, a la vez, un ser en sí, un sujeto: un rol no puede ser a la vez esencia. Para evitar esta contradicción, creó el concepto del "género" fluido (teoría "queer").

La teoría "queer" (raro) consiste en no aceptar la clasificación binaria de la sexualidad (hombre/ mujer), ni tampoco la identidad de "género", ya que su aceptación supone una normativa que margina a los que no se sienten así (víctimas). Para evitar la opresión que conllevaría categorizar a la personas por el sexo o por el "género" esta autora propone que cada uno es libre para expresar las tendencias sexuales que en cada momento sienta: género fluido. Hasta ahora se han descrito más de 80 "géneros". En una entrevista reciente, Judith Butler se considera no binaria (ni hombre ni mujer).

El Círculo de Bellas Artes de Madrid concedió en octubre del 2022 la medalla de oro a Judith Butler. Muchos piensan que la teoría "queer" es absurda y caerá por sí misma. Pero no es así, como hemos visto, se trata de una teoría que va en contra del concepto de la unicidad de la persona humana al separar sexo y "género". Y, esta tendencia forma parte del posmodernismo que consiste, según Derrida, en deconstruir los principios de la cultura occidental de raíz griega, romana y judeocristiana. Y esta corriente filosófica no cae por si misma, ya que cuenta con el respaldo de muchas instituciones supranacionales (ONU, UE, etc.) y gobiernos.

Las que con mayor fuerza se han opuesto a esta teoría "queer" son las feministas que luchan por la equidad entre el hombre y la mujer. "Porque si el feminismo ‘queer’ elimina la categoría de mujer, ¿ para que sirve el feminismo? ", dicen estas feministas.

En resumen podríamos decir por todo lo expuesto anteriormente que las personan no tienen "género". Por ello recomiendo que no se utilice este término como sinónimo de sexo o sexualidad, pues si se hace se contribuye a difundir esta ideología. Como dice Jesús Barrón, profesor de Biología de la Comunidad de Madrid: "Hay dos sexos, hombre y mujer, y dos géneros, en gramática, masculino y femenino". Este profesor ha sido suspendido por seis meses de empleo y sueldo por ensañar estos conceptos. Se cumple lo que vaticinó Chesterton hace 100 años: "Llegará un momento en que os perseguirán por decir la verdad".

Con este artículo y con el anterior animo a que los dirigentes políticos y sus votantes profundicen en los fundamentos y consecuencias de la leyes mal llamadas de "género", que siguen activas en muchas comunidades autónomas, así como en la ley trans, que se aprobó el pasado jueves en España. En un próximo artículo expondré la morbilidad y la mortalidad que están originando estas leyes.

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