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El voto: libertad, obligación o necesidad

Es obvio que nadie está obligado a acudir a las urnas y depositar su voto el próximo domingo. No es, pues, una obligación en sí, pero debería ser para nosotros una obligación moral y social.

En su «Ensayo sobre la lucidez» Saramago reflexiona sobre el hartazgo de la ciudadanía manifestado en un masivo voto en blanco y Ortega y Gasset escribió en «La rebelión de las masas» que cuando los ciudadanos dejan de prestar atención a la política llegan a las instituciones políticos que no prestan atención a los ciudadanos.

Resulta fácil la crítica de lo establecido, la queja sobre todo aquello que nos entorpece, las descalificaciones y exigencias dirigidas hacia aquellos que imponen sus criterios sobre los nuestros. Y difícil resulta por el contrario colaborar en el logro de una sociedad mejor y tomar conciencia de que son infinidad de granos de arena los que forman una playa, y todos son necesarios, ninguno sobra y tampoco ninguno es más importante que el otro.

Llegados a este punto, debemos plantearnos la necesidad de emitir nuestro voto, nuestro único y especial voto, reflexionar sobre aquello que precisa la sociedad en cada momento y por supuesto debemos hacerlo después de una seria, detenida y meditada deliberación.

Y si es cierto que todos los plebiscitos son importantes, no lo es menos que las elecciones municipales y autonómicas adquieren un matiz de especial importancia puesto que nos son más cercanas y sus resultados van a afectar de un modo más directo a muchos aspectos de nuestra actividad profesional e incluso personal.

Exige por ello un alto grado de responsabilidad la elección de aquellas personas que estarán al frente de nuestro municipio y de nuestra comunidad autónoma. La elección debe recaer sobre personas capaces, sinceras, ausentes de retórica hueca, honestas, que persigan generosamente el bienestar de Asturias y alberguen verdaderas ideas de gestión dirigidas al progreso. No hemos de atender a la brillantez en la exposición sino a la eficacia que pueda colegirse de su proceder. Porque al igual que el buen profesor, el político debe alumbrar y no deslumbrar.

Cualidad importante en el buen hacer en política es la imparcialidad, lo que significa que el buen gestor público debe atender a la eficacia y beneficio general de sus actos, sin importarle el signo político del que parten las propuestas, pues al fin y al cabo no dejan de ser servidores públicos. Importante resulta también la capacidad de observación, que te debe ayudar a no perder el contacto con la realidad, para lo cual es necesario salir de los despachos y pisar la calle.

Y no deberíamos cometer el error de generalizar sobre la clase política emitiendo juicios de valor y realizando calificaciones de tal modo que acabemos metiendo a todos ellos en el mismo saco, cuando podemos afirmar que existen hombres y mujeres con extraordinaria capacidad de gestión, vocación de servicio, visión de futuro y facilidad para empatizar con los ciudadanos.

Desde FEDA (Federación de Mujeres Empresarias y Directivas de Asturias) hemos procurado que todas las asociadas cuenten con la necesaria información para decidir su voto. Hemos convocado a todos los partidos políticos cuyos candidatos concurren a las elecciones autonómicas, quienes han podido establecer sus programas y debatir con las asistentes en las sesiones a tal fin programadas, en el curso de las cuales se ha solicitado de los candidatos y candidatas la exposición de las soluciones a las inquietudes de la federación sobre la disposición y medidas que pondrán en marcha si resultan elegidos que favorezcan la conciliación laboral y familiar de la mujer trabajadora, la igualdad salarial en el empleo, la mejora de condiciones laborales y la progresión en el desarrollo profesional de las mujeres, removiendo obstáculos que impidan el acceso al empleo y puestos directivos y de responsabilidad, para que no se vean desfavorecidas en etapa de crianza de hijos o por situaciones de atención de personas dependientes. Políticas de conciliación para las madres trabajadoras con planes y ayudas para que las empresas (sobre todo pymes y micro pymes) puedan afrontarlo, gestionar los horarios para adecuarlos a las actividades de los hijos menores, paridad en los consejos de administración y puestos de dirección y políticas activas en la educación y formación desde la infancia a fin de que la mujer no excluya las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) por mimetismo social como actualmente sucede y otros muchos temas que van más allá del ámbito de la igualdad.

Necesitamos políticos que afronten con valentía y firmeza los acuciantes problemas que sufre Asturias (sirva como ejemplo la despoblación). Todos sabemos que la unión hace la fuerza y que cuanto más numerosa sea esa unión más fortaleza se mostrará para reivindicar y obtener beneficios para Asturias y una imprescindible mayor atención a las necesidades de esta región.

Trabajemos todos unidos por la consecución de este objetivo.

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