La motosierra de Milei la encendió Cascos

Es imposible imaginarse a Javier Milei, recién elegido presidente de la República Argentina, sin una motosierra entre manos, símbolo de las amputaciones al gasto estatal que, durante la campaña electoral, prometió acometer sin piedad. El perturbadora ruido de la herramienta, banda sonora en muchos de sus mítines, le dio popularidad en un país en el que, a menudo, los árboles impiden ver el bosque. La estética triunfó entre una población sedienta de castigos colectivos, por más que careciera de originalidad.

Porque antes que Milei, han sido varios los políticos que enseñaron los dientes (de acero macizo) en su lucha por acceder al poder. Uno de los precedentes más evocadores está en el Foro Asturias de Ciudadanos de Francisco Álvarez-Cascos, que en 2011 amenazó con pasar la sierra eléctrica por la administración regional. La gasolina le duró pocos meses.

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