Nuevos datos sobre las múltiples vidas del "Asturias, patria querida"

El carácter transversal del himno de los asturianos

David Guardado

David Guardado

En 1978 el partido político Conceyu Nacionalista Astur (CNA) veía cómo el Ministerio del Interior rechazaba dos veces su legalización sin ofrecer explicaciones. Tras distintas gestiones a través del ministro, Rodolfo Martín Villa, los promotores recibieron una respuesta que a día de hoy puede sorprendernos: los funcionarios habían interpretado que el CNA era un partido de broma, no real, ya que en sus estatutos figuraba como himno el "Asturias, patria querida", la canción de los borrachos.

Pero retrocedamos unas décadas. "Asturias, patria querida" (no podemos entrar aquí en la compleja polémica sobre su origen) ya era una canción muy popular al menos desde finales de la década de 1920, hasta el punto de que aparece como el cantar que mejor representa a nuestra comunidad en una publicación que se dedica en 1929 a los visitantes a Asturias, en la que aparece referenciada con el título "Canto de Asturias", con una letra prácticamente idéntica a la actual.

No obstante, y de forma complementaria, tras la Revolución de 1934, al producirse una identificación simbólica de Asturias con la revolución y el movimiento obrero, "Asturias, patria querida" pasa a formar parte del imaginario de la izquierda española e internacional, y su letra conoce distintas versiones alusivas a la revolución, sin que por ello pierda su carácter transversal como cantar identificativo de Asturias y como tonada popular en España. Así, el fundador del PSC, Joan Reventós, recordaba cómo en su infancia, durante la Guerra Civil, unos niños asturianos refugiados le habían enseñado en Cataluña la canción "Asturias", "con la letra revolucionaria de los mineros".

Años más tarde, cuando el norteamericano veterano de las Brigadas Internacionales Max Parker graba "Al tocar diana. Songs from a Franco prison", una recopilación de canciones con las que recuerda las melodías cantadas por los presos republicanos en el campo de concentración de San Pedro de Cardeña (Burgos), incluye entre ellas "Asturias, patria querida" (en realidad, la titula únicamente "Asturias"), con la letra y música que conocemos.

Por otro lado, resulta bien conocida, gracias a las investigaciones de Fernando de la Puente, la presencia de la canción en Polonia, sobre la que ha aportado, también en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, nuevos datos Javier Antuña, que señala, pensamos que definitivamente, que la música no tiene origen polaco, sino que su popularidad en Polonia se debe a su difusión como música revolucionaria por parte del régimen, donde Antuña ya tiene constancia de su interpretación al menos desde 1950.

A este dato podemos añadir otro: el régimen socialista se implanta en Polonia en el año 1947, tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, y en 1948 "Asturias, patria querida", con una letra basada en las versiones popularizadas tras el levantamiento de 1934, ya forma parte del repertorio de las canciones revolucionarias de varias naciones interpretadas por el Coro y la Orquesta de la Radio Polaca, lo que sin duda hizo que cincuenta o sesenta años más tarde, a finales del siglo XX, fuera considerada por muchos polacos, como señaló el propio papa Juan Pablo II en su visita a Asturias, una canción familiar, conocida e incluso tradicional.

Por otro lado, al contrario de lo que podríamos pensar por las connotaciones que el actual himno asturiano adquiere en los últimos años del franquismo, "Asturias, patria querida" seguía siendo una canción interpretada habitualmente por coros y orfeones, y cantada dentro y fuera de Asturias en celebraciones, excursiones, comidas… entre otras canciones populares españolas, fueran o no de ambiente asturiano. En Asturias la canción seguía teniendo un carácter absolutamente transversal: el título de la canción daba nombre a un programa en Radio Oviedo y es sobradamente conocido el hecho de que Dionisio de la Huerta la convirtió en el himno de les Piragües. Valga como ejemplo significativo una crónica de 1950 en LA NUEVA ESPAÑA, donde se narra cómo un grupo de excursionistas que vuelve a Asturias desde Castilla entona "en pie" y con orgullo "el himno de la tierrina, ‘Asturias, patria querida’, una canción que es un rezo".

La canción pasa a ser a partir de 1962 himno antifranquista de solidaridad con los huelguistas asturianos y con Asturias como símbolo de lucha por las libertades

Pero, como ya han señalado autores como el citado Fernando de la Puente, durante la década de 1960 el cantar adquiere nuevas connotaciones y desde el régimen se va a promover su identificación como "canción de borrachos". Veamos algunos datos al respecto.

Las primeras huelgas en las minas asturianas habían tenido lugar en los años 1957 y 1958 y ya a principios de 1961 en el semanario "El Español" se ridiculizaba la utilización del "Asturias patria, querida" como un "canto de resistencia", ya que, argumentaba el columnista, era una canción propia de las excursiones de los colegios de monjas. De hecho, como dato especialmente curioso, en 1960 las Hijas del Calvario ubicadas en Jerusalén enseñaban castellano a las niñas pobres que tenían a su cargo a través de canciones, entre ellas nuestra "Asturias, patria querida".

Lo cierto es que, a partir de 1962, "Asturias, patria querida" se convierte en un himno antifranquista con el que se expresa la solidaridad con los huelguistas asturianos y con Asturias como símbolo de lucha por las libertades, y tiene repercusión internacional, al igual que las propias movilizaciones que tienen su origen en Asturias.

Estos son solo unos pocos ejemplos entre las decenas que podemos citar: en 1963, en la ciudad alemana de Kassel, doscientas personas se reunían en solidaridad con los mineros asturianos y finalizaban su concentración cantando "Asturias, patria querida"; el 1 de mayo de 1966 los estudiantes en Málaga desafiaban a la policía entonando la canción; en julio de 1963 mil trabajadores españoles se concentraban en señal de protesta frente al consulado español en Berna (Suiza) cantando el "Asturias, patria querida"…

Es sobradamente conocido que Manuel Vázquez Montalbán fue sometido junto con otros compañeros a un consejo de guerra por cantar el actual himno asturiano, pero también otros personajes relevantes de la política y la cultura española pueden ser relacionados con los aspectos reivindicativos del cantar. Así, y de nuevo solo a modo de ejemplo, cuando Horacio Fernández Inguanzo, "El Paisano", es detenido en 1969 y conducido esposado a los juzgados en Madrid, la policía carga contra parte del público cuando este irrumpe a cantar "Asturias, patria querida", y el político socialista Luis Yáñez (actualmente eurodiputado) recordaba en la década de 1980 haber boicoteado un acto de Manuel Fraga en 1963 en Sevilla cantando "Asturias, patria querida".

Es a partir de entonces cuando se multiplican las referencias que relacionan la canción con los borrachos, lo que no pasa desapercibido a los enemigos del régimen: en 1967, la publicación antifranquista "Libertad para España", editada en Bruselas, denunciaba que TVE había "tenido la indecencia de hacer cantar esa noble y evocativa" canción a unos borrachos, lo que había generado, decían, multitud de protestas. Como muestra, en el diario "Pueblo", un columnista escribía en 1968 que "todo borracho que se precie" cantaba el "Asturias, patria querida".

De esta forma, la machacona propaganda de los últimos años del franquismo consiguió incrustar en el imaginario colectivo la idea de "canción de los borrachos", que acaba naturalizándose y convirtiéndose en un tópico, aunque no consiguió borrar ni su condición reivindicativa, ni mucho menos la popular y transversal como canción asturiana.

La canción siguió siendo conocida y cantada por los asturianos, independientemente de su ideología, y siguió siendo también un símbolo para la izquierda y el nuevo asturianismo que nace en la década de 1970 y que lo incorpora en sus rituales, actos y celebraciones.

Veamos otras muestras representativas: en 1977, 10.000 personas reciben a Pasionaria en su primer mitin en Asturias tras la Guerra Civil cantando el "Asturias, patria querida", y, cuando la revista "Destino" narra en 1976 la manifestación organizada por Conceyu Bable con la que se presentaba en sociedad el nuevo asturianismo, comenta que los 6.000 asistentes cantaron el "Asturias, patria querida", uniendo así los himnos "de los huelguistas y los juerguistas". También en 1977 quinientas personas reciben en Mieres, en una manifestación que encabeza una bandera asturiana, a Mari Luz Fernández, una militante del MC asturiana que es puesta en libertad tras haber sido procesada en distintos sumarios: los manifestantes cantan primero el "Asturias, patria querida" y, después, la Internacional.

Unos años después, en 1984, tras la aprobación de la Constitución española y la creación de la autonomía asturiana, y no sin vicisitudes, discusiones y dudas, los partidos políticos con representación en Asturias llegarían al acuerdo de convertir el popular cantar en el himno oficial en el que la mayoría de la población asturiana se reconoce a día de hoy y del que, sin duda, aún no se ha dicho y escrito toda la historia.

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