El triste lamento del campo asturiano

Las causas europeas del malestar agroganadero

Los ganaderos de protesta en la calle Uría de Oviedo.

Los ganaderos de protesta en la calle Uría de Oviedo. / Miki López

Francisco García

Francisco García

A día de hoy resulta difícil ganarse la vida con la producción de alimentos. Tal evidencia la sufren con cruel ensañamiento agricultores y ganaderos, colectivos de proverbial paciencia y desmedida resignación a quienes las condiciones del mercado golpean con dureza, hasta conducirlos a una situación de KO técnico. Europa, que nació como organización supranacional -conviene no olvidarlo-, en torno al mercado común del carbón y del acero, no de los tomates, las naranjas y las hortalizas, no ofrece soluciones definitivas a un sector muy castigado más allá de las ayudas de la PAC, que componen una suerte de intervencionismo comunitario que favorece desde hace décadas al privilegiado campo francés. Nadie olvide lo que supuso para el sector lácteo asturiano el sistema de cuotas tras el ingreso de España en la UE.

Tal vez no se ha analizado con detenimiento las consecuencias nefastas que ha supuesto para el sector agroganadero la prevalencia de la política medioambiental sobre la agrícola y la pesquera en la UE. Una legislación europea de inspiración ecologista que se desarrolla mediante un exasperante sistema burocrático difícilmente puede encontrar acomodo en la mentalidad del sector primario, que se siente a la vez perseguido y castigado, cuando no despreciado y sometido a ultraje. El caso de la protección del lobo resulta paradigmático.

En esta revuelta hortelana de incalculables consecuencias, los agricultores franceses culpan de todos sus males a los españoles, y los de aquí se quejan de los productos a bajo precio que llegan de los invernaderos de Agadir. Dice Segolène Royal, con calculada demagogia chauvinista, que los tomates españoles son de baja calidad, pero Eurostat confirma que siete de cada diez tomates importados por Francia llegan de Marruecos. ¿A qué estamos jugando en Europa? ¿A una permanente tomatina?

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