Jovenes al paro y al pairo

España es el país de la OCDE con mayor tasa de paro entre la población menor de 25 años. Y Asturias, una de las comunidades autónomas españolas con mayor desocupación juvenil, solo por detrás de Andalucía, Canarias, Extremadura y Castilla y León. Presidente Barbón, tenemos un problema: en un territorio envejecido, los jóvenes no encuentran trabajo, situación que les condena al exilio profesional. Mal asunto si la región se condena a un futuro incierto de inmenso geriátrico.

Dicen que la juventud es un tesoro; pero los bancos no la aceptan como aval para pedir un crédito emprendedor. Al contrario que la senectud, la juventud, tesoro divino, no ofrece a los políticos un caudaloso granero de votos. Resignados también al olvido de la banca, a los jóvenes no les queda otra que los cantos de sirena de los bancos de pesca del mar revuelto de las redes sociales. Sin un empleo estable no existe capacidad de emancipación. De manera que cuando lo mejor que se ofrece son contratos temporales y salarios miserables a la mayoría no le queda mejor opción que la huida. Ser joven hoy es una profesión de riesgo. Estar en el paro es estar al pairo,

A los más talentosos de los cuadros juveniles se les supone capacidad emprendedora, pero para emprender, para abrir caminos prósperos y labrar futuros hacen falta iniciativas políticas que arriesguen en favor de veinte y treintañeros, patrocinando el ingenio que alumbran las aulas universitarias. Lamentablemente, no ocurre así y el tesoro se pierde. No basta con saber dónde se halla escondido semejante caudal: hay que trabajar para sacarlo a flote.

Que jóvenes profesionales talentosos abandonen Asturias no es malo; el problema es que no regresen, lo que a la larga provoca una pérdida monumental de clarividencia.

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