Opinión | FÚTBOL FEMENINO | NATIONS LEAGUE

Fermín de la Calle

El fútbol gana al ruido

España - Francia.

España - Francia. / RAÚL CARO / EFE

La selección española de fútbol femenina no deja de derribar muros y conquistar hitos. Ganó el Mundial en Australia, selló su billete para estar por primera vez en unos Juegos Olímpicos, los de París el próximo verano, y ahora ha ganado brillantemente su primera Nations League. Algo que de paso convierte a España en vigente campeona de este torneo en femenino y masculino. Pero además de todo esto, esta generación de futbolistas compite diariamente contra el peor rival que puede haber: el ruido.

Alexia, Tomé, Guijarro, Mapi...

Todo lo que rodea a este grupo está salpicado de incidentes, contratiempos y episodios difíciles de explicar que enrarecen el ambiente. Esta Nations League arrancó salpicada por la convocatoria inesperada de una Alexia Putellas, que no tenía el alta médica y no jugaba desde noviembre. Además, y no es poco, de no saber que iba a ser convocada. La misma presencia de Montse Tomé como seleccionadora es aún difícil de justificar, toda vez que a Jorge Vilda le reprochó este grupo su falta de experiencia en banquillos de nivel. Huelga decir que Tomé se estrena en un banquillo y nadie ha levantado la voz al respecto. Extraña, cada vez menos, que Patri Guijarro y Mapi León se mantengan firmes en su negativa a ser convocadas. Y así...  

Sin embargo, todo se esfuma cuando la pelota comienza a rodar. Da gusto ver la paciencia de Irene y Laia Codina en la salida de balón para encontrar el momento oportuno en el que poner la pelota en los pies de Aitana, cómo la Balón de Oro teje el fútbol en los pasillos asociándose con Jenni Hermoso, ver acelerarse las jugadas por los carriles con Ona y Olga, las llegadas por sorpresa de Mariona al área, los elegantes desmarques al espacio de Salma... Y todo con el tempo preciso y el timing perfecto. 

Un equipo de leyenda que palía, con una enorme superioridad técnica, su inferioridad física ante rivales como Francia. España ganó por primera vez la Nations League el mismo día que doblegaba a unas galas a las que nunca antes había tumbado. Una vez más el fútbol ganó al ruido, al que los aplausos acallaron. Veremos cuánto dura.