Opinión | Un millón

Yacer junto a Marilyn

Yacer junto a Marilyn Monroe cuesta hoy 180.000 euros. Mucho dinero, pero la adyacencia es para siempre. La placa que señala donde se guardaron los restos de Marilyn Monroe está en el cementerio Pierce Brothers Westwood Village Memorial de Los Ángeles, entre un montón de famosos del espectáculo. La tumba ha salido a subasta y el mercado ha respondido con otro de esos comportamientos que confirman la urgencia de una redistribución de la riqueza para evitar las inversiones idiotas de tantas personas sobradas de dinero. En un mundo gobernado por la fama el mercado apuesta por la subida del valor de la notoriedad póstuma y el ego de alguien, así en la vida como en la muerte, paga el reposo en una tumba confortable, bien situada, con un vecindario respetable, acorde la sepultura con la calidad de la vivienda.

Marilyn Monroe está muy relacionada con la idea de vecindad. Es la representación máxima de "la vecinita", "the girl next door", expresión estadounidense para la persona corriente que se presta a fotografías pornográficas. Ella hizo para la revista "Play Boy" lo que ahora se hace en la plataforma OnlyFans de micromecenazgo porno. Nunca logré ver como "vecinita" a la estrella Marilyn Monroe, salvo cuando interpretó el papel de lindante (qué linda) perturbadora de un cuarentón de Rodríguez en "La tentación vive arriba", una comedia divertidísima donde Billy Wilder apunta, 10 años antes, algunos rasgos neuróticos del personaje de Woody Allen.

Marilyn fue vecinita en "Play Boy", vecina en "La tentación vive arriba" y lo siguen siendo sus restos desguazados por la autopsia y 60 años de putrefacción para un futuro cadáver que sueña con la gloria funeraria de reposar en una zona muy visitada, con el ambiente que eso da. Ha podido pagarse un lugar en el pabellón de las personas famosas y algo de recuerdo de propina obtendrá entre esas visitas a la vecina.

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