Opinión

David Broncano, ríete tú de Helena de Troya

RTVE le quiere para plantar cara a "El Hormiguero" y la Moncloa, a su vez, para neutralizar al desatado Pablo Motos

La radiotelevisión pública española protagoniza estos días algo parecido a un culebrón venezolano que tiene muy entretenida a la audiencia. No solo a la suya, por desgracia para los magros números de la casa. El fichaje de David Broncano se materializó el miércoles a la cuarta, gracias al voto de su presidenta interina Concepción Cascajosa tras diferentes giros de guion que amenazaban con no dejar vivo ni al apuntador en el consejo de administración del ente, y al programa del que todos hablan buscando canal de emisión. Aunque tal vez no le hace falta a La Resistencia apalancarse en el mando a distancia convencional, si circula como la pólvora por redes sociales, Youtube y demás espejos donde se miran los espectadores de ahora mismo y del mañana.

Que levante la mano quien no haya recibido por WhatsApp la respuesta de fulanito a las famosas preguntas del sexo que ha practicado el último mes y el dinero que atesora. El barbudo que las inventó ha causado la guerra de Troya en un medio que no necesita precisamente sangrías, y eso que aún no ha empezado a hablar. La contratación del espacio de Movistar+ por TVE1 convertida en un sindiós de ceses (el de su presidenta Elena Sánchez y el director de contenidos José Pablo López, valedor del presentador estrella), críticas y acusaciones de intromisiones políticas vuelve a poner de manifiesto la salud del servicio público de televisión de este país.

Nadie merece ganar tanto dinero. No importa de quién se escriba o cuándo. "Broncano, no con mis impuestos", he leído estos días sobre el humorista que despierta filias y fobias, pero nunca desinterés. Todos rebajaríamos el sueldo del prójimo y tendríamos un cuidado exquisito con el dinero del contribuyente, salvo que TVE fichó la temporada pasada a Miguel Bosé, se dejó arrebatar a Carlos Franganillo y jubiló a Ana Blanco.

David Broncano, nacido hace 39 años en Santiago de Compostela, pero criado en Orcera, un pueblo de Jaén, ha negociado un contrato de 14 millones al año durante dos blindados porque viene de arrasar antes en La vida moderna, ahora con La Resistencia, el programa de entrevistas producido por su empresa Encofrados Encofrasa y El Terrat. Es un tipo extraordinariamente famoso, pocos habrán escapado al anuncio del médico que le ha operado del sudor de manos que aparece hasta en la sopa. La Primera le quiere para plantar cara al imbatible El Hormiguero y en menor medida a El Intermedio, circunstancia que le ha valido la etiqueta de humorista favorito de la Moncloa, necesario para neutralizar al desatado Pablo Motos. Un Óscar Puente repantingado que interrumpa constantemente al invitado con sus cosas surrealistas, vamos.

Hijo de una profesora de Matemáticas que dirigió su instituto, y de un naturalista que ha publicado libros sobre la sierra del Segura, hermano de un clarinetista prodigioso. Broncano estudió Publicidad, Informática e incluso Física, pero pronto le tiró el espectáculo y hacer reír.

Autodefinido pachacho, se bregó en el canal temático Paramount y pasó a la radio, donde empezó a ser conocido primero en el Hoy por hoy y después en La vida moderna, de la Cadena Ser, un espacio de humor de madrugada que conquistó al público joven gracias al consumo de contenidos en formato digital. Con Ignatius Farray y Quequé fundaron el país imaginario de Moderdonia en un pueblo de Guadalajara, con su propia bandera. De ahí al Latemotiv de Andreu Buenafuente, que le prohijó y hasta La Resistencia que le ha consagrado en Movistar+, plataforma donde ha tenido algún problema por explorar sin cortapisas los límites del humor y que le retiró sin contemplaciones, por ejemplo, un monólogo de Iggy Rubin sobre ETA.

Abstemio, desgarbado y poco dado a hablar de sí mismo, siempre anda con su panda de amigos cerca (Ricardo Castella, Grison, Jorge Ponce y Sergio Bezos en el actual late night, pero también Javier Coronas, Dani Rovira, Javier Cansado, Arturo Valls o Javier del Pino), por lo que hay quien celebra su humor como "cosa de hombres". Pero no machirulos. De ello da fe su enfado en Twitter (hoy X) al ver que en un medio se referían a la clasificación olímpica de la tenista Paula Badosa como "la exnovia de David Broncano": "Estos machistas consideran que para hablar de una de las mejores deportistas del mundo es necesario citarme a mí, que estoy viendo los Juegos tumbado en un sofá, solo porque soy un hombre famoso. Es despreciable e injusto, y debe parar ya", escribió. Tiempo después, la joven visitó a su ex en el abigarrado plató de La Resistencia, y a la esperada pregunta de cuánto dinero tiene contestó con sorna: "Por fin puedo decir que tengo más que tú". Puede que esta semana y tras su millonario fichaje esa competición haya vuelto a empezar.

Suscríbete para seguir leyendo