Opinión
Enfermizas risas
Reír es sano y bueno aunque, como todo, sin abusar. Si se pasa uno el día de risa en risa, ya no es risa, en la que siempre hay un punto de sorpresa, sino un tic. Algo así ocurre con esos programas de radio o de televisión, que ocupan principalmente las mañanas (pero no solo), en los que todo da muchísima risa y se van enristrando noticia, chiste y chiste, en general de poca gracia. Como la risa de verdad llega de dentro a fuera, o sea, la ordena la cabeza por algo risible que procesa, cuando no hay nada gracioso detrás es como una mueca. ¿Tiene esto que ver con la postverdad, también apariencia de verdad sin nada al fondo? Pudiera. Es tan saludable la risa verdadera que la falsa, por la misma ley, tiene que ser mala para la salud. El de reidor fake, modo de vida tan respetable como cualquier otro, debería considerarse trabajo peligroso. Para los demás no lo es, basta apagar.
Suscríbete para seguir leyendo
- El Madrid gana contra su voluntad
- Un calentón puede gripar el motor
- En todo caso, una irresponsabilidad
- La Corredoria, punto neurálgico para Asturias y para Oviedo
- El caso del señor enamoradito
- Días para reflexionar
- Una nueva entrega de Parando en Villalpando: Cuando Sali bloqueó a Javi
- La esposa del césar