Opinión

Desmemoria de ETA

El último cambio de opinión del PSOE de las relaciones entre Bildu y ETA

Hace años ya que la estrategia de Sánchez contra la oposición cuando le habla de ETA para reprocharle sus alianzas con Bildu es la cara de fastidio, cansancio o menosprecio. Así le respondió a Alberto Catalán de UPN, hace poco, argumentando que siempre viene a hablarle de lo mismo y que se calle ya. Recordaba la réplica adusta al ciudadano que le recriminaba acerca de los siete votos puigdemoníacos con una rima grosera terminada en roto, en su última aparición pública en Oviedo. Añadía Sánchez que ETA no existe ya desde hace 10 años y que nombrarla a cada momento es oposición tóxica y cansina. Catalán, mucho más educado que el hombre de Oviedo, contestó al presidente con una obviedad que poco se repite, aunque los argumentos obvios contra las incoherencias del sanchismo son infinitos, pero no hacen sino estrellarse contra un muro de cara dura, relato manipulado y trolas manifiestas. Adujo el navarro que ellos seguirán hablando de ETA, y que no entiende ese mandato de silencio, cuando la guerra civil acabó hace 80 años y el franquismo hace 40 y el presidente saca a pasear a una y al otro, rodeado de momias si hace falta, cuando le viene en gana.

Mas el caso es que después de sus pactos de la vergüenza, el último en Pamplona, negado, claro, antes de las elecciones, ahora toca a los socialistas otra vez hablar de ETA, al menos hasta el próximo domingo y ya está el diario sumiso al régimen sanchista explicando que no se puede votar a quienes no han condenado claramente la violencia. Para colmo, ese tal Otxandiano, que las encuestas dan como ganador, aparece, como todos los socios de Sánchez empeñado en dejar bien claro que solo la estrategia y no la concordia guía sus pasos. Ayer se negó a admitir que la banda asesina fuera terrorista –"depende del punto de vista"– afirmaba el angelito. Urge por eso ahora al PSOE escandalizarse y alejarse de los herederos de la siniestra pandilla por un ratito. Mas lo espantoso es que su vergonzosa pantomima que pasa de las víctimas como de la misma mierda todavía puedan creérsela algunos. Qué asco.

Suscríbete para seguir leyendo