Opinión

Un retiro espiritual abierto y diferente en Covadonga

Una actividad singular los próximos días 7, 8 y 9 de junio en el Real Santuario

Armando Menéndez Suárez es Presidente de la Fundación DAF

Las ciudades de toda Europa rebosan de centros para ejercitar los músculos. Ponernos en forma no solo es una moda sino una necesidad por la vida sedentaria que todos llevamos en el mundo desarrollado. Gimnasios, centros de yoga y una explosión de variantes con nombres importados de oriente y de occidente que prometen salud y bienestar. Y eso está muy bien. En la obesidad y en el sedentarismo está el origen de muchas enfermedades de esta sociedad de pantallas y teclados. No ocurre los mismo en el Tercer Mundo donde los aparatos de musculación siguen siendo los clásicos, el azadón y la pala.

Pero llama la atención que mientras aumenta el número de establecimientos para cuidar el cuerpo, porque la necesidad existe, disminuyen los templos cristianos y el número de creyentes que asisten a los oficios, a pesar de que la necesidad espiritual también existe y de forma abrumadora.

Desde hace cuarenta años viajo con frecuencia a Asia por motivos de mi profesión y de mi fundación. Allí mi experiencia espiritual se expandió, pero no iluminado por gurús sino por misioneros jesuitas. El espíritu humano es único, pero se puede contemplar, vivenciar e intentar explicar, desde múltiples perspectivas.

Las culturas son ópticas diferentes de un mismo fenómeno y de una misma necesidad, que nace de una primitiva intuición de que somos algo más que materia que sufre sin un sentido concreto.

Las religiones parecen dividirnos cuando pretenden monopolizar una verdad que se encuentra en la práctica de unos valores y no en la teoría. Y cuando compartimos y practicamos esos valores, nos es posible abrazar a un hermano musulmán, budista o hindú.

Discutir por quién posee la Verdad es perder el norte de nuestra misión como seres humanos que es amarnos los unos a los otros. Y siendo ese Amor el objetivo, no impongamos dogmas sino esfuerzos para que nadie quede excluido por ninguna causa.

Abordar la necesidad de recuperar nuestra espiritualidad y desde ella comprender al otro como un ser espiritual con el mismo derecho a trascender que nosotros los cristianos, es un reto que la Fundación DAF y el Arzobispado de Oviedo en colaboración con la Vicaría Episcopal de Santuarios del Principado de Asturias, emprende con mucha ilusión y esperanza con un retiro diferente y abierto en Covadonga los próximos 7, 8 y 9 de junio.

Ofrecemos silencio, recogimiento y reflexiones compartidas para que cada uno trabaje con ellas.

Mucho tiempo para pasear y meditar. O para recordar la fe que fuimos perdiendo en el camino ayudados por una sociedad cada vez más materialista que nos contagia de su escepticismo, pues tacharla de agnóstica o atea es darle una categoría que no se merece. Eso exigiría a los ciudadanos una profunda reflexión con argumentos sólidos a los que no acceden las nuevas generaciones al ser privados en sus planes de estudio de muchos contenidos en religión, filosofía e historia, siendo sustituidos los grandes clásicos del pensamiento por divulgación tendenciosa y superficial.

Es un retiro espiritual porque se trata de descubrir nuestra esencia, nuestra autentica dimensión y misión que es lo que da sentido a la vida, pero laico en el sentido de que muchas ponencias serán impartidas por profesores universitarios, psicólogos y médicos de los que solo sabemos su compromiso con las personas más necesitadas y que sin conocer sus creencias exactamente, estamos seguros de que coincidimos en lo único importante: en el amor y en el testimonio de una vida de servicio a los demás.

Unos ejercicios espirituales deben de servir, como su nombre indica, para ejercitar, desentumecer, recuperar facultades perdidas u olvidadas. Y lo mismo que en los gimnasios hay aparatos de musculación, en un retiro tan distinto como el que ofrecemos, nos auxiliaremos de herramientas tan de moda como el ChatGPT.

Sometimos el programa del retiro y la bibliografía, al análisis de la IA con unos resultados sorprendentes.

Resulta que la espiritualidad no es una creencia antigua y desplazada por los avances de la ciencia, sino que la física cuántica no solo se interesa por esa dimensión del ser humano, sino que la reafirma: no somos solo materia tosca y finita, sino que estamos constituidos por una energía sutil que pertenece a una red cósmica que se escapa del concepto espacio-tiempo tal como lo conocíamos hasta ahora. La inmortalidad de esa energía sutil procede de su atemporalidad.

El profesor de la Universidad de Oviedo, D. Fernando Gascón García-Ochoa, expondrá el apasionante tema: “Diálogos sobre espiritualidad con el ChatGPT”.

Yo ya he leído las conclusiones y sorprenderán a todos aquellos que consideran que la razón se opone a la dimensión sobrenatural del ser humano.

Otro tema interesantísimo es la consciencia humana. Para unos, fruto de un cerebro evolucionado y, por tanto, una función cerebral más, aunque única entre los demás mamíferos. Para otros, la consciencia es universal, exógena y ajena a nuestra arquitectura y fisiología neuronal.

El cerebro accede a esa información como un ordenador a la nube. Pero la consciencia ya estaba ahí antes que nosotros y pertenece a una red cuántica o a otra dimensión.

El cerebro no crea la consciencia, la descubre como a muchas otras cosas del mundo invisible, como los átomos.

La salud mental y la espiritualidad será otra charla que sin duda despertará mucha expectación.

Esa interacción puede ser positiva o un obstáculo para desarrollar una espiritualidad libre que no esté limitada por los sesgos y condicionamientos familiares, religiosos y culturales. Nos hablará de ello la psicóloga Mariana Menéndez Paredes, especialista en trastornos de la personalidad.

Aunque los laicos seamos mayoría, se trata de un Retiro Espiritual en el seno de la Iglesia Católica con la que esta fundación colabora activamente por compartir sus valores.

Y porque creemos que los cristianos debemos de participar de la vida pública y política con los mismos derechos que las demás confesiones religiosas que ya lo hacen, D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo nos hablará de la obligación de los fieles de expresar públicamente su opinión sobre temas que afecten a su moralidad y expresiones de su fe.

La parroquia como extensión de la familia, será la ponencia de D. Javier Gómez Cuesta, que fue Vicario general de la Archidiócesis de Oviedo y actualmente párroco de la Iglesia de San Pedro de Gijón, y que es una llamada de atención a los padres y educadores sobre la importancia de compartir los valores cristianos con otros chicos y chicas en el seno de las actividades parroquiales.

D. Adolfo Mariño Gutiérrez, abad de Covadonga, será un anfitrión extraordinario para todos los asistentes al retiro, ofreciéndose gentilmente a explicar durante una visita guiada a los lugares más relevantes del Santuario, por qué en Covadonga se unen fe e historia de España y de la cristiandad.

Y, por último, el autor de este artículo y presidente de la Fundación DAF, hablará del Yo desde la perspectiva del pensamiento oriental y de la moderna neurología, como médico y en base a sus 40 años de experiencia en India, Nepal y Bután, que le sirvieron para ser nombrado en su día Colaborador de Honor del Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo, por el rector, para impartir seminarios sobre Sabidurías Orientales de la Antigüedad, en las que es experto.

Quienes deseen inscribirse en el retiro o más información al respecto, la encontrarán en las páginas web de la Fundación DAF y del Santuario de Covadonga.

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