Opinión

El caso Milei, en frío

El presidente de Argentina, Javier Milei.

El presidente de Argentina, Javier Milei. / EP

Un análisis sereno del caso Milei no es fácil entre tantos patriotismos de patrias, partidos, sanchismo y antisanchismo, pero hay varias cosas claras. La primera, que Milei es un hooligan que se ha subido a la cresta de la ola faltando a todo el mundo y amenazando con la motosierra. La segunda, que el primero en faltar a otro, con el añadido de ser falta de respeto de ministro a jefe del Estado, ha sido un hombre de confianza de Sánchez con antecedentes de malos modales. La tercera que, tal como ya se decía aquí, Sánchez se equivocó hace un mes al señalar tan claro dónde tienen que darle para que le duela. La cuarta, que lo que en todo caso hace imperdonable el insulto de Milei es que estando en casa ajena no se insulta a quien, guste o no al visitante, está al cargo de la casa. Con esos ingredientes, batir en coctelera, servir frío a las partes e intentar que no se suba a la cabeza.

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