Un ángel alado coge la Luna del cielo estrellado y la deposita en el suelo. Una luz intensa deja ver en ese lugar un pequeño pueblo. Amanece, canta un gallo y suenan las campanas de la iglesia. Así comienza "Naves, un pueblo con historia", el largometraje que, con toda la ilusión del mundo, han protagonizado los vecinos de la localidad llanisca que le da nombre. Participaron casi todos los lugareños, desde bebés hasta ancianos; hombre y mujeres, vecinos y veraneantes. Dirigida por Jorge Rodríguez, la grabación de la película se prolongó durante tres años, hasta el pasado mes de septiembre. Faltaba conocer la fecha de la presentación del filme, que ayer hizo pública el director: será el 7 de diciembre, en torno a las siete de la tarde, en plaza de Iyán, junto al restaurante Cabañón, en una carpa habilitada al efecto.

"Naves, un pueblo con historia", que dura alrededor de una hora y media, fue ideada por Jorge Rodríguez como una aportación didáctica: para que las nuevas generaciones conozcan los capítulos más destacados de la historia de su pueblo, las anécdotas más sonadas, las alegrías y las penas.

La colaboración de los vecinos y de los veraneantes fue total". Durante tres veranos, Jorge Rodríguez, con su hermano Felipe como cámara principal y con su sobrino César a cargo de los efectos especiales, han recreado escenas como la destrucción de la iglesia parroquial durante la guerra civil o el paso del tren por el desaparecido puente de hierro que cruzaba el río cerca de la playa de San Antolín, también conocida por los vecinos como Beón.

El filme cuenta, por ejemplo, la fundación del monasterio de San Antolín de Bedón por el conde Muñazán, el trabajo de los monjes, las misas en latín, la estancia en una cueva de la mayoría de los vecinos durante la guerra civil, la emigración a América, el regreso del indiano y su "haiga", las clases en las viejas escuelas o la jornada de 1961 en la que Naves fue declarado "Pueblo más bonito de Asturias", uno de los días más destacados de la historia local.

La mayoría de las escenas han sido rodadas en Naves y San Martín, los dos pueblos de la parroquia, aunque también se ha grabado fuera; por ejemplo, en la escuela de Balmori, auténtica joya, perfectamente conservada por los vecinos.