Tres pollos refuerzan la reintroducción del quebrantahuesos en los Picos

"Cares", "Vitorina" y "Jana" son los últimos inquilinos del Parque Nacional de los Picos de Europa. Estos tres ejemplares de quebrantahuesos fueron trasladados ayer desde el Parque Nacional de Ordesa, en el Pirineo oscense, hasta el picu Llucia con el objetivo de que contribuyan a la fundación de un nuevo núcleo poblacional en la cordillera Cantábrica, donde la especie se extinguió a mediados del siglo pasado.

Los polluelos, que ya superan los cinco kilogramos de peso, nacieron hace más de cien días en el Centro de Cría en Aislamiento Humano (CRIAH) que el Gobierno de Aragón tiene en Pastriz (Zaragoza). Allí permanecieron casi dos meses, alimentados por medio de señuelos, hasta que ganaron peso. Y es que este año los huevos fueron más pequeños de lo normal por lo que ejemplares como "Jana", que pesó 96 gramos al nacer, estuvieran al límite de la viabilidad. "Lo normal es que el huevo pese 230 gramos y el pollo 150 al nacer, pero este año los huevos eran de unos 130 gramos", explicó la bióloga Carmen Calero, encargada de cuidar a las crías de quebrantahuesos. Una vez ganaron robustez fueron trasladados al parque de Ordesa con el objetivo de que establecieran relación visual directa con otros ejemplares. "Fue un entrenamiento cognitivo para que conocieran la estructura social. El objetivo en los Picos es que ganen impronta territorial" (querencia por una zona geográfica), según explicó Gerardo Báguena, director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), encargada de sacar adelante el proyecto de reintroducción de la especie.

Los tres nuevos quebrantahuesos de los Picos pasarán la próxima quincena en unas jaulas de adaptación individuales. Cada una cuenta con un nido hecho con madera y lana, y tiene además un posadero para que ejercite sus músculos. En este tiempo, estarán alimentados con una dieta a base de patas de oveja y cabra. "Ahora prepararán sus alas para los primeros vuelos, muy importantes porque les sirven para fijar y conocer el paisaje al que volverán a criar, un comportamiento que se conoce como filopatria", explicaron los miembros de la Fundación. "En cosa de diez días empezarán a mostrarse más inquietos, dando síntomas de que quieren empezar a volar, y entonces los soltaremos", apuntaron.

El macho "Cares" (nombre que le dieron los alumnos del colegio público de Arenas de Cabrales) y las hembras "Vitorina" y "Jana" no estarán sólos. En menos de dos semanas recibirán un par de compañeros (se sabe ya que un ejemplar será hembra) más, que se sumarán a los seis ya existentes en los Picos: "Deva" (2010), "Atilano" (2012), "Biziele" (2014), "Quebrantina" y "Esperanza" (2015), también donados por el Gobierno de Aragón, junto con el macho "Casanova", que llegó por su cuenta a finales de 2013. Éste último hace muy buenas migas con "Deva", por lo que los miembros de la FCQ confían en que tengan familia. "La primera reproducción suele llegar de media a los nueve años y 'Deva' tiene seis, por lo que habrá que esperar un poquito", matizó Báguena. "Lo excepcional es que cuatro gobiernos, una ONG y la UE se pongan de acuerdo para recuperar una especie que se extinguió de manera artificial".

Los nuevos quebrantahuesos de los Picos llevan en sus patas un emisor vía satélite que transmite de forma constante información sobre su posición, lo que permitirá un estudio pormenorizado de sus movimientos. Se ha apostado por esta zona para la reintroducción porque ofrece un hábitat idóneo y comida abundante, gracias a la tradición de ganadería extensiva, y, además, está a apenas 350 kilómetros lineales de los Pirineos, una distancia que, con el viento a favor, los quebrantahuesos pueden recorrer en un día.

La cría de quebrantahuesos forma parte de las acciones del proyecto europeo "LIFE+Red Quebrantahuesos", que se ejecuta en los Picos y en los Pirineos.