Vítor Carbajal Gómez (Cudillero, 1976), es el director de la llanisca Banda Gaites "Llacín" desde su creación en el año 1998. En 1995, en el seno de la asociación Llacín de Porrúa, se puso en marcha, bajo su dirección y la de Nuria Tarodo, la Escuela de Música Tradicional "Llacín", que comenzó, en un primer momento con ocho alumnos. En la actualidad dan clases 200 alumnos en la Escuela de Música Tradicional de Llanes situada en la zona de la Encarnación. La banda llanisca, compuesta por 70 personas, participará hoy en el desfile del día de San Juan, en las Cavalhadas de Vildemoinhos de Viseu, en Portugal.
-¿Cómo valora las dos primeras décadas al frente de la banda?
-La valoración es positiva. Hemos ido teniendo una andadura ascendente. Hacer funcionar algo de estas características es difícil. Hemos tenido momentos duros pero el resultado ha sido bueno. Basta ver la trayectoria durante este último año.
-¿Fue difícil captar gente para que arrancase la formación?
-El inicio fue complicado. Empezamos con ocho alumnos en la Escuela de Música Tradicional. Al segundo año éramos doce. Todo empezó a funcionar al verse los primeros frutos del trabajo que íbamos haciendo. Después tomamos una línea de trabajo.
-¿Está pasando la banda por su momento más dulce?
-Sí. Gracias a la participación en el desfile del día de San Patricio en Nueva York el pasado mes de marzo, estamos pasando por uno de nuestros mejores momentos.
-¿Visto ya con cierta perspectiva, que ha significado para vosotros participar en este desfile?
-Ha sido una recompensa a muchos años de trabajo. La repercusión mediática que tuvo nuestra participación era la que durante años estuvimos buscando, aunque no a tanto nivel. Llegó todo junto. El mayor éxito fue la repercusión mediática que hemos tenido.
-¿Cuántas visitas ha tenido ya el vídeo del himno de Asturias en Times Square?
-Ya tiene un millón ciento quince mil visitas. Lo colgué yo el día de San Patricio antes de irme a dormir. Al levantarme vi que había subido una barbaridad. Lo de tocar allí estaba pensado. Cuando fuimos a China hicimos algo parecido en la Gran Muralla y tuvo también cierta repercusión pero esta vez no contábamos que fuese a este nivel. Nueva York es Nueva York.
-¿El éxito en EEUU os ha abierto más puertas?
-El hecho de ir ahora a Portugal al desfile del día de San Juan, en las Cavalhadas de Vildemoinhos de Viseu, salió porque, vía Facebook nos conocieron. Para el próximo año estamos moviendo dos líneas para actuar lejos de España.
-¿Ha alcanzado los objetivos que se propuso al ponerte al frente de la banda?
-Pienso que lo importante es tener marcada una línea de trabajo que debe ser, a ser posible, ascendente. Hay que tener clara la línea de objetivos pero nunca se debe marcar un límite. Lo más importante es crecer en calidad dentro del grupo.
-¿Cuántas horas pasa en la escuela al día?
-Normalmente vengo para la escuela sobre las diez de la mañana y me suelo quedar hasta las doce de la noche. Hay tres días de ensayos. El domingo lo dejo libre. Las formaciones musicales que salen de aquí, como la Banda, son respuesta a la escuela. Todos los días impartimos clases de música tradicional pero no solo de gaita y percusión pues damos también clases de violín, acordeón diatónico, flauta travesera o bouzouki . Los profesores somos Nuria Tarodo, Lisardo Prieto, Moisés Suárez, Xuanel Espósito y yo.
-¿Qué es lo más difícil de liderar una banda de gaitas como ésta?
-Hay mucho trabajo detrás que mucha gente no se imagina que existe. Solo el hecho de, por ejemplo, cambiar las payuelas a la gaitas me llevó cincuenta horas en una semana, al margen de mi trabajo habitual. Sólo el hecho de hacer esto implica un gran gasto y un gran trabajo de afinación durante días y días. Para que esta maquinaria funcione hay mucho trabajo detrás.