La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Cangas de Onís autorizó ayer parcialmente la licencia de obra solicitada por el Principado para llevar a cabo el proyecto de demolición, rehabilitación parcial y nueva edificación complementaria del Instituto Rey Pelayo.

El ente dio luz verde a la demolición del inmueble que desde septiembre de 2014 permanece clausurado por deficiencias estructurales, pero denegó el permiso para construir uno nuevo en el patio delantero del centro. El alcalde cangués, José Manuel González (PP), justificó la negativa en base a que existen informes técnicos y jurídicos que desaconsejan dicha ubicación por no ajustarse al Plan General de Ordenación (PGO).

No obstante, el regidor hizo hincapié en que es necesario que la Consejería de Educación subsane primero algunos fallos en el proyecto de demolición, a saber: falta el estudio de gestión de residuos y que la memoria del proyecto básico de derribo esté justificada con detalle. El equipo de González dará un mes de plazo al Principado para que corrija dichos errores.

En cuanto al "no" al permiso para la rehabilitación parcial del resto de los otros dos edificios antiguos del instituto, González se escuda en que esta remodelación no tiene sentido hasta que se cuente con un nuevo equipamiento. "La rehabilitación contempla por ejemplo que donde ahora va un aula se ponga un despacho, cosa que no puede hacerse. ¿Dónde metes a los chavales a dar clase hasta que funcionen las aulas que contempla el nuevo edificio?", ejemplifica. Según su versión, el proyecto presentado por la Consejería no describe en ningún momento el tipo de material a utilizar en la rehabilitación, por lo que es imposible dictaminar si las actuaciones se ajustan al PGO.

En cuanto a las acusaciones del consejero, Genaro Alonso, sobre que el Ayuntamiento incumplió el plazo legalmente establecido para contestar a la concesión de la licencia, el regidor cangués apuntó que el expediente estaba paralizado a la espera de que la Consejería pagara con carácter previo las tasas correspondientes del servicio, "y por tanto no cabe silencio administrativo". En un primer momento el departamento de Alonso había instado al consistorio a eximirle de dichas tasas, pero el servicio de recaudación municipal indicó que la legislación vigente no contemplaba tal exención.

Pese a todo, el consistorio accedió finalmente a tramitar el expediente "por el interés general de la obra y para que se pusiera en marcha cuanto antes un proyecto que sí se ajustara al PGO", afirmó el alcalde. Al igual que los miembros de la directiva de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del IES Rey Pelayo, el regidor apuesta por que el nuevo edificio se construya en el patio trasero cerca del río, una ubicación que cuenta con el visto bueno de Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC).

Tras conocerse ayer de forma oficial que la Junta de Gobierno denegaba la licencia para levantar el nuevo inmueble, el regidor instó a la Consejería a iniciar el diálogo cuanto antes "para que los críos salgan de los barracones en los que ahora reciben clase y construir cuanto antes el mejor instituto en la mejor ubicación y respetando espacios verdes".

Por su parte, el grupo municipal Cangues Puede celebró el lunes una reunión para tomar una postura sobre el Instituto Rey Pelayo. En la misma se acordó instar a Ayuntamiento y Consejería a llegar a un acuerdo para la pronta construcción de un nuevo edificio y en caso de que no se produzca hacer una consulta ciudadana.