El vecino de Panes José María Fernández, el cántabro Jacinto Pelayo y el jugador de Cangas del Narcea Álvaro Collar recibieron ayer emocionados el premio "Pico Peñamellera", los galardones considerados como los Nobel de los bolos que este año cumplen su vigesimocuarta edición, en un acto en el que estuvieron presentes el alcalde de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández; el director general de Deporte, José Ramón Tuero, y numerosas personas que, desde el público, quisieron acompañar a los premiados.

El acto comenzó frente al Museo de los Bolos de Asturias y, desde allí, los premiados y todos los que les acompañaban realizaron una pequeña peregrinación hasta el Ayuntamiento, donde tuvo lugar la ceremonia de entrega y donde el presidente de la asociación bolística "Pico Peñamellera", Isidro Caballero, dijo unas palabras y se realizó un repaso a los méritos de cada uno de los premiados. Así, estos premios reconocieron ayer la trayectoria en el mundo de los bolos de tres entusiastas de este deporte.

El más joven de los tres, Álvaro Collar, nació en 1990 en Xendré, Cangas del Narcea, y puede decirse que lleva este deporte del bolo palma en la sangre. De hecho, fue su padre, José María Collar ("Lángara"), el principal impulsor para la recuperación de esta modalidad en la zona del Suroccidente de Asturias. Tanto es así que, a pesar de su juventud, está considerado el mejor jugador de la modalidad. Por eso, el jurado decidió otorgarle el premio este año, teniendo en cuenta su gran palmarés tanto individual como en pareja y por equipos.

Junto a él estuvo ayer otro de los premiados, Jacinto Pelayo, nacido hace 73 años en la localidad cántabra de Helguera de Reocín. Aunque fue un enamorado de los bolos desde niño, no fue hasta que terminó su servicio militar cuando comenzó su trayectoria como directivo, siendo presidente de la peña bolística "Santa María de Sel". Tras esto, en 1980, puso en marcha, con ayuda de su cuñado, la peña "Construcciones Rotella" y organizó importantes competiciones, entre las que destaca la "Semana Bolística". Además, ha ocupado cargos importantes tanto a nivel regional como nacional y su papel ha sido fundamental en la consolidación de la categoría femenina en Cantabria.

Y, para emoción del público, este año también resultó premiado el local José María Fernández, nacido en Panes en 1952 casi directamente en una bolera, ya que fue el "armador" de la bolera de su padre, "Bar Pepín". Además de ser un buen jugador, de Fernández hay que destacar sus labores como monitor y como organizador de competiciones. Actualmente, sigue vinculado a las importantes "Memorial José Villar", de Suarías, y "San Cipriano", de Panes.