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En la plaza de abastos reformada sólo cabrían 50 personas, afirma la alcaldesa riosellana

La plaza de abastos de Ribadesella. CRISTINA MURUZÁBAL

El arreglo de la plaza de abastos supondría una inversión de 700.000 euros para que entren únicamente cincuenta personas de pie. Esos son los datos que arroja el informe técnico en el que se apoya el gobierno de Ribadesella para defender el derribo del edificio. Además, el documento contempla tres posibles usos para el lugar en caso de restauración: un local de ensayos, un local de hostelería de bajo impacto o una sala de exposiciones.

Con estos datos en la mano, la alcaldesa del municipio, Charo Fernández Román, considera que mantener la plaza de abastos es "hipotecar una zona de Ribadesella que se puede usar para muchas cosas, teniendo en cuenta las necesidades que tiene la villa". Además, la regidora apunta a que el informe sobre el estado del edificio pone de manifiesto una serie de deficiencias "estructurales, de seguridad y de legalidad", como salidas de emergencia. Por eso, cuenta que no va a permitir que allí se realicen concentraciones de gente mientras ella sea la alcaldesa por motivos de "seguridad".

Y, además, está el aspecto económico, que en las últimas semanas, desde que la regidora desvelara la cantidad a invertir que hace falta para restaurar el lugar, ha sido el gran protagonista de esta discusión. "El que venga tendrá que asumir si es rentable utilizar el edificio para cincuenta personas de pie usando el dinero de todos los riosellanos, los que quieren conservarlo y los que no", apunta Fernández Román, que además considera que las opiniones que se están vertiendo sobre el tema no son adecuadas porque no provienen de expertos en la materia. "Se ve sólo lo que quiere cada uno", apunta la regidora.

En cuanto al valor histórico del lugar, un edificio modernista que data de 1935 y que fue elaborado por el arquitecto Manuel García Rodríguez, la alcaldesa riosellana tampoco cree que debiera ser un factor determinante. "Porque un edificio sea de una época determinada no quiere decir que haya que mantenerlo, sobre todo si el coste es alto y hay falta de infraestructuras en la villa".

Han sido varias las voces que se han alzado en contra de la desaparición del histórico inmueble, tanto políticas como vecinales. De hecho, la plaza de abastos ha encontrado en la Asociación de Vecinos de la Zona Rural de Ribadesella uno de sus máximos defensores. Su secretario, Miguel Ángel Somoano, que ya ha pedido el informe sobre el estado del edificio al Ayuntamiento para estudiarlo, considera que en el marco de una inversión de seis millones de euros, que es el precio en el que está presupuestado el proyecto de ordenación del Campu les Rolles, "podría haber 700.000 euros para rehabilitar el edificio".

Eso sí, Somoano quiere dejar claro que, aunque van a seguir "defendiendo" a la plaza de abastos, no anteponen "la vida humana a ningún edificio". En este sentido, cuenta que en caso de que finalmente se proceda al derribo, la asociación a la que representa va a pedir que se lleve a cabo una documentación de la estructura y que en el mismo lugar se construya otro edificio "que sirva para el mismo fin", es decir, como plaza de abastos.

Además de esta asociación vecinal de la zona rural, otros partidos políticos de la oposición riosellana han pedido también el informe al Ayuntamiento para posicionarse definitivamente de un lado o de otro.

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