Nuestra Señora de la Blanca puede presumir de estar arropada en la localidada llanisca de Nueva, donde ayer, para celebrar el día grande de las fiestas en su honor, decenas de aldeanas hicieron sonar sus panderetas en una gran procesión.

La mañana comenzó honrando a la Virgen de la Blanca en una multitudinaria misa solemne cantada por el coro "Manín" de Lastres. Una vez terminada la función religiosa, la procesión arrancó hacia la capilla de la Blanca, a donde su imagen llegó acompañada de las aldeanas, las mantillas y los porruanos encargados de transportar los ramos. Tras recorrer las calles y plazas de la localidad, la imagen de la Blanca llegó a la plaza que lleva su nombre, donde el viernes se había plantado una gran hoguera a modo de preámbulo de lo que estaba por llegar.

Los devotos de la Blanca formaron una danza prima para dar por concluidas así las celebraciones solemnes de la mañana de fiesta. Esa fue también su forma de despedirse de la imagen de la Virgen, que permanecerá en su capilla hasta el próximo año, cuando vuelvan los festejos en su honor.

Ya por la tarde, y a pesar de la lluvia, los jóvenes del Bando de la Blanca deleitaron a todos los locales y visitantes que se acercaron al festival folclórico interpretando joyas de la cultura local, como el siempre presente Pericote. Todos ellos dieron un gran espectáculo ataviados como manda la tradición, con los trajes de aldeana y porruano, que llaman la atención por su variedad en colores y diseños. Estaba previsto que el fin de las fiestas lo pusiera una gran verbena, que este año se volvió a ubicar en la plaza de la Blanca.