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El templo de Sellañu decora sus paredes con el monte Gólgota

El pintor parragués Dan Miravalles se encarga de decorar la iglesia pongueta por encargo vecinal

El artista Dan Miravalles, ante las paredes que decora en la iglesia parroquial de Sellañu, en Ponga. CRISTINA CORTE

La iglesia de Sellañu, en el concejo de Ponga, estrena pinturas. El artista parragués Dan Miravalles se encarga desde el lunes de decorar las paredes del templo, que hasta la fecha no contaba con ningún tipo de adorno ni retablo. En concreto Miravalles proyecta una recreación del monte Calvario -también conocido como Gólgota- junto a la figura del Cristo crucificado que cuelga tras el altar principal de la iglesia.

La pintura, de tres metros de ancho y otros tantos de largo, no es la única obra a la que se va a dar forma antes de que concluya esta semana. En la pared derecha del templo, justo donde comienza el primer escalón para subir al altar, se proyectará tras la escultura de la Inmaculada varias nubes para que de la sensación de que está flotando. No sólo eso. También se incluirá un ángel como el que ya aparece en el cuadro "San Parres" firmado por Miravalles, quien se inspiró en Murillo, pintor por antonomasia del tema de la Inmaculada. Este segundo mural guarda unas dimensiones menores, de dos por tres metros.

La iniciativa de dar un lavado de cara a la iglesia pongueta de Sellañu partió de un grupo de vecinos que, en un primer momento, habían propuesto al párroco local Alejandro González poder arreglar el suelo de la parte exterior del inmueble. Ante la escasez de recursos económicos, los implicados organizaron un mercadillo solidario en la antigua escuela del pueblo, cedida para este fin por el Ayuntamiento de Ponga. En él se pusieron a la venta productos de segunda mano y artesanía ofrecidas por distintas personas de los pueblos de alrededor. El mercadillo estuvo operativo todos los fines de semana hasta el pasado enero. De ahí sacaron lo justo para colocar el suelo y arreglar desconchones en las paredes tanto de dentro como de fuera de la iglesia. La iniciativa tuvo tanto éxito que el cura les animó a seguir recaudando fondos para pintar el fondo de la iglesia, ya que sólo tenía un Cristo y una Virgen en la pared, sin retablos ni adornos.

Después los lugareños le expusieron la idea a Dan Miravalles, quien hizo unos bocetos iniciales que contaron con la aprobación de los promotores de la iniciativa. "Supongo que no gustará a todo el mundo pero de no tener nada más que dos imágenes flotando en la pared a tener un fondo detrás donde puedan lucirse como se merecen preferí esta última opción", comenta el párroco, pendiente de traslado a un nuevo destino, para disgusto de los lugareños.

La iglesia de Sellañu se construyó hace más de cuarenta años a raíz del deterioro de la parroquial de Cazu, que también da servicio en la actualidad.

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