Los paisajes más diversos, rostros de todo tipo y un buen número de animales mirando desde las paredes. Esto es solo un resumen de lo que se puede encontrar en la exposición que han realizado los alumnos del taller de pintura de la "Escuela de Torre" y que se puede ver en la Casa de Cultura de Ribadesella.
Esta iniciativa nació hace ya tres años en las antiguas escuelas de Torre y durante este tiempo no solo los habitantes de la zona han aprendido el arte del pincel, sino que ha contribuido a unirlos. Así lo siente, al menos, su profesor, Carlos Jiménez Escolano, quien cree que su taller ha llevado a "la buena amistad y mejor conocimiento entre vecinos".
Además, Jiménez considera que, cuando están a punto de iniciar el cuarto curso en este taller, los alumnos "han progresado notablemente en su desarrollo artístico" y que esto "ha conseguido provocar el interés de la buena gente de nuestro entorno por una actividad que comenzó como una posibilidad de entretenimiento vecinal y sin claro futuro". Y es que, en el primer año del curso, Jiménez no esperaba tanto éxito ni que hoy su taller gozara de tan buena salud como la que tiene, máxime cuando, según cuenta, no tienen apoyo de ningún tipo, así que el hecho de que esta iniciativa siga adelante es gracias al esfuerzo y la dedicación tanto del profesor como de sus alumnos.
La pintura ya es parte de sus vidas. Tanto es así que, como confiesan, "a día de hoy ninguno podría concebir un invierno sin disfrutar de esta actividad humanística".
Con todo esto, se puede decir que Jiménez ha cumplido el objetivo con el que puso en marcha este taller: que todo el mundo pueda disfrutar de la pintura.
La exposición, el fruto del trabajo de todos sus alumnos, puede visitarse hasta mañana en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura riosellana. Mañana cerrará sus puertas, esperando volver a abrirlas el próximo año.