Ríos de sidra corrieron ayer por Llames para celebrar su proclamación como "Pueblo ejemplar" de Parres. Los vecinos -hay censados unos 165- salieron a la calle para brindar por la aplastante victoria: obtuvieron el apoyo de todos los miembros del jurado, algo que nunca había ocurrido en las cinco anteriores ediciones del galardón que anualmente concede el Ayuntamiento. A falta de una asamblea de residentes para determinar a qué destinarán los seis mil euros del premio, una de las ideas que más fuerza cobra en Llames de Parres es la de editar un libro con la historia del pueblo.
La candidatura ganadora fue impulsada por la Sociedad de Festejos y Cultural "Los Ramos" de Llames de Parres. Su presidente, Ignacio Cibrián, no cabía ayer en sí de gozo. "Es un orgullo grande y un reconocimiento al trabajo que los vecinos desarrollan durante todo el año", apuntó. Y es que el comité encargado de elegir el pueblo ejemplar de Parres destacó, entre otras cosas, la actividad comunitaria que mantiene la asociación. El jurado, que presidió el cronista oficial de Parres, Francisco Rozada, hizo hincapié además en el esfuerzo de los lugareños por recuperar elementos de la cultura tradicional y del patrimonio histórico. No en vano Llames de Parres cuenta con el corral de comedias mejor conservado de la región. Sus propietarios, los hermanos Gaspar y Magdalena Llerandi, barajan la posibilidad de volver a representar en él alguna obra de teatro rural.
En el portafolio de más de doscientas páginas presentado por la asociación "Los Ramos" para optar al premio destacan logros como el haber sido el primer pueblo que solicitó a la Consejería de Agricultura un proyecto de concentración parcelaria o contar con dos colectivos para autogestionar la traída del agua. De hitos como cuando un grupo de vecinos constituyó en 1962 una sociedad para comprar una segadora dan cuenta lugareños como Esther Granda que, pese a su edad -tiene 96 años- no dudó en sumarse al brindis.
Granda aportó el toque más internacional, ya que, aunque reside desde pequeña en Llames de Parres, en realidad nació en Canadá. "Yo me siento de aquí y no cambio este pueblo tan guapo ni a sus gentes por nada del mundo", aseveró. A las celebraciones tampoco faltó el vietnamita Jaime Nam, con tres años el asistente más joven. Aunque Nam reside en El Berrón, cada fin de semana visita Llames de Parres para estar con sus abuelos, Jaime Rodríguez y Juana Mª Castaño. "Me encanta estar aquí porque mucha libertad para jugar y muchos animales", reconoció el niño.
A la cita asistieron, entre otros, Mª Josefa Llerandi y Ramón Castaño, elegidos "Paisanos del Año" de Parres en 2014, así como Anita Laria, que recibió el mismo galardón hace dos años. Coincide que en 2018 el reconocimiento ha vuelto a recaer en una vecina de Llames de Parres, la octogenaria Ángeles Robledo. Todos indicaron la "alegría" que da ver cómo la gente joven "tira por el pueblo".
Llames de Parres, que pertenece a la parroquia de Vibañu y cuenta con 17 barrios, midió sus fuerzas en la competición con las candidaturas de Montealea y Vallubil. Los vecinos recogerán el premio el sábado, a las 13.00 horas, en la plaza Venancio Pando de Arriondas. Llames de Parres toma el relevo como "Pueblo ejemplar" de Sinariega, que obtuvo el mismo galardón en 2017.
