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Artai Santos: "Los fósiles vegetales del Muja son de los más importantes de España"

El biólogo, que centra su tesis en las plantas del Jurásico, destaca la cantidad de información que aportan sobre el hábitat de los dinosaurios

Artai Santos y el científico del Muja José Carlos García-Ramos, con uno de los fósiles de la colección. C. M.

Los dinosaurios, esos grandes seres que habitaron la tierra hace millones de años, han encontrado en el Museo del Jurásico de Asturias un refugio donde sus restos, una vez estudiados, son visitados por miles de turistas cada año. Sin embargo, aunque menos conocidos que los populares reptiles, en las entrañas del Muja se encuentran otros seres que convivieron con ellos y que también pueden aportar mucha información sobre cómo era el entorno en lo que hoy es el oriente del Principado y en qué afectaba a estos famosos seres: las plantas.

Y es que dentro del Muja hay una gran colección de plantas que aún requieren de un concienzudo estudio. Un estudio del que recientemente se ha hecho cargo Artai Santos, un joven biólogo que ha optado por realizar su tesis doctoral sobre la paleobotánica, centrándose en las plantas que habitaron en la península Ibérica durante el Jurásico. Así, ha visitado la instalación colunguesa, donde ha confesado sentirse "un privilegiado" por tener a su disposición miles de fósiles de vegetales aún sin estudiar.

"Estos yacimientos no son tan frecuentes en la península, y este puede ser uno de los más importantes", considera Santos. Y es que, según explica Santos, la colección del Muja no solo destaca por la cantidad de las muestras, sino también por su "variedad y calidad", pues en algunas de las plantas puede verse incluso la cutícula, una parte cuya conservación no es frecuente. Entre los ejemplares que se encuentran guardados en el Muja y que aún no han visto la luz del público hay algunos tan impresionantes como el fósil de una flor de bennetital, un ejemplar que se extinguió a la vez que los dinosaurios, que aún conserva todos sus pétalos, musgos y gran cantidad de troncos y helechos. Además, hay piezas tan curiosas como el fósil de una rama llena de piñas en la que estas pueden distinguirse claramente, o algunas muestras que aún conservan polen y esporas y que requieren de un trabajo más minucioso para su estudio.

Con todos estos ejemplares, además del valor museístico que tienen, se puede conocer ya algunas de las características de la costa asturiana en aquella época. "Las plantas parecen indicar que había un clima semiárido con altas temperaturas, pero que en la costa se suavizaba, habiendo incluso zonas encharcadas", apunta el biólogo. Unas conclusiones que, si bien aún hay que esperar a que el estudio esté terminado, van a aportar nuevos e interesantes datos a lo que ya conocemos sobre el hábitat que rodeaba a los dinosaurios.

Así, una vez estudiadas, algunas de estas piezas podrán pasar a formar parte de la colección permanente del museo para que los visitantes no solo admiren los dinosaurios que poblaron la tierra, sino también las condiciones en las que lo hicieron. Un conocimiento que se puede transmitir gracias a personas como Santos y el equipo de investigadores del Muja, ya que los restos que se encuentran almacenados tienen un gran riesgo de desaparición si no se sacan del acantilado porque "el mar se lo lleva todo". De momento, cientos de fósiles han sido salvados para que, cuando concluya su estudio, puedan ser visitados.

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