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Lastres desnuda la torre del reloj

El presidente vecinal, Ángel Moro, pone en hora, cuida la maquinaria y ahora enseña el edificio a los interesados: "Es un símbolo"

Lastres desnuda la torre del reloj

El bonito puerto pesquero, la particularidad de sus calles o su iglesia son algunos de los lugares emblemáticos que los turistas que visitan la localidad colunguesa de Lastres pueden contemplar. Sin embargo, unos pocos afortunados han podido sumar en estas últimas semanas un nuevo lugar a los sitios que han visto en esta villa marinera, un lugar que no está al alcance de cualquiera.

Desde que el presidente de la asociación de vecinos de Lastres, Ángel Moro, ha tomado las riendas del mantenimiento del reloj, aquellos que tienen la suerte de encontrarse con él a las puertas de la torre pueden acceder a su interior y pasar a contemplar el mecanismo de esta obra de arte.

"Este es el símbolo de Lastres", afirma Moro, que cuenta que los turistas suelen quedar impresionados después de una de sus visitas al interior de la torre. Y no es para menos, ya que esta construcción, que inicialmente servía como torre vigía del puerto, es tan interesante por fuera como por dentro. "El reloj funciona con unos péndulos que van bajando y subiendo, así que hay que darle cuerda por lo menos una vez cada 24 horas", explica el representante vecinal del mecanismo de un reloj que fue añadido a la estructura en 1751. Una tarea que él mismo ha asumido con gusto, ya que cree que es un lugar que "merece la pena cuidar".

Además, este reloj es el encargado de avisar del paso del tiempo a todos los vecinos de la localidad gracias a un muelle que tira de la campana a cada hora en punto. Un complejo mecanismo que ahora, si se tiene suerte, se puede visitar y que suma un atractivo más a la villa marinera de Lastres.

Eso sí, para conseguir tener la torre del reloj en las mejores condiciones, Moro cuenta que han tenido que trabajar duro, sobre todo por culpa de la presencia de unos visitantes muy poco bienvenidos: las palomas.

"Ahora, puse una red de pesca para que no puedan entrar pero las que había era impresionante, recuerdo hace un par de años que llegué a sacar 22 sacos de excrementos", recuerda Moro.

Un trabajo que da sus frutos al contemplar las caras de entusiasmo de los turistas que pasan a contemplar esta maravilla oculta en pleno corazón de Lastres. Un punto que dentro de poco tendrá un trozo más de historia, pues es el lugar en el que se baraja colocar la hélice del recientemente desguazado "El Brisas".

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