Con una pala picando un terreno muy inestable que, en buena parte, rompía sin que la máquina aparentemente hiciese mucho esfuerzo, a primera hora de la mañana de ayer comenzaron los trabajos para reparar el hundimiento localizado la pasada semana en la autovía del Cantábrico a la altura de Pendueles, en Llanes. Una dolina formada por disolución de roca caliza ha tenido la culpa de que la tierra engullese parte de la calzada. Los trabajos tienen lugar en el carril sentido Oviedo. Durante la mañana se retiraron también parte de los quitamiedos para facilitar el trabajo de máquinas y operarios que trabajarán en la zona. Fuentes del Ministerio de Fomento consultadas por LA NUEVA ESPAÑA no dan una fecha concreta para finalizar la intervención. Parece que la actuación se prolongará durante todo el mes.
El hundimiento afecta al carril derecho de la calzada y al inicio del de deceleración que conecta la transcantábrica con Pendueles y Vidiago a través de la nacional 634. Pese a lo importante del socavón de momento no se contempla la posibilidad de cortar el tráfico en todo el carril sentido Oviedo para poder acometer las obras con mayor comodidad.
El badén se hizo visible a comienzos de la semana pasada, señalizándose el mismo con indicadores que obligaban a reducir la velocidad a cien kilómetros por hora al acercase a 500 metros del lugar exacto (punto kilométrico 284+900), y a ochenta al pasar sobre el mismo. El bache se fue haciendo cada vez mayor y el miércoles el paso por la zona resultaba muy peligroso tomando la decisión los técnicos de Carreteras de cortar el tráfico por la parte derecha de la calzada durante casi un kilómetro.
"Yo no me fío. No he vuelto a pasar por ahí desde el miércoles y no lo haré hasta que acaben las obras. Voy por la nacional", señaló ayer un usuario habitual de la vía que reside en Colombres. Es la segunda vez que la autovía se hunde aquí, justo a escasos metros del inicio del viaducto de Arroyo Novales. La otra intervención tuvo lugar en 2016.
En el subtramo de la autovía entre Pendueles y La Franca, integrado en el conocido Unquera- Llanes, los operarios del servicio de mantenimiento de la autovía han tenido trabajo extra para reparar un total de cuatro blandones. La premura por inaugurar este tramo a finales de 2014 hizo que se trabajase a toda velocidad para terminarlo, tras más de dos décadas de retrasos.
