De kafkiana califican los vecinos de Nueva el problema que desde hace años sufren como consecuencia de la canalización del saneamiento público que pasa por una finca privada sobre la que se asienta la urbanización El Bosquín II. La propiedad de las tuberías y la prestación del servicio son municipales. El mal funcionamiento del servicio ha generado varios vertidos al río Ereba, que ha provocado que Confederación Hidrográfica multase al Ayuntamiento de Llanes. Los vecinos no salen de su asombro desde que hace unos días recibiesen una notificación con un expediente sancionador por parte del Ayuntamiento obligándoles a ejecutar una obra por valor de 27.000 euros, con el fin de construir un pozo de bombeo que ponga fin a los problemas. Los residentes se niegan, tachan lo ocurrido de "tomadura de pelo" y anuncian que lucharán hasta las últimas consecuencias.

El problema se remonta a 2006, cuando la empresa Game S. L. levantó la urbanización El Bosquín II. De El Bosque salía una canalización que debió seguir hasta el Bosquín II por los viales públicos cedidos por la actuación. Por causas que escapan a los propietarios, el saneamiento público se llevó por una finca privada para, sospechan, ahorrar costes, lo que califican de una enorme negligencia por parte los técnicos municipales que, en aquel momento, consintieron la actuación. "El saneamiento público es deficiente y nos cobran, además, por un servicio que no se da", dicen.

Hace meses se llegó a un acuerdo entre propietarios y el consistorio para hacer una obra poniendo cada parte 5.000 euros. Pero el pacto se rompió al subir hasta los 40.000 euros los costes de la actuación que, según los propietarios, debió ejecutar la constructora. El Ayuntamiento se echó para atrás merced a un informe del secretario.

Entre tanto, los vertidos al Ereba continúan. El último fue la semana pasada, personándose en la zona el Seprona.