Una ingente acumulación de toneladas de sedimentos en la desembocadura del río Güeña con el Sella a su paso por la ciudad de Cangas de Onís acaba de formar una grandiosa isleta pétrea de considerables dimensiones, a la que algunos lugareños ya bautizaron como "la playina" del Güeña. Entre tanto, una de las reivindicaciones de los pueblos y Ayuntamientos ribereños de la cuenca del Sella ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) es la necesidad de acometer limpiezas y drenajes como medidas previsoras antes las fuertes avenidas invernales, informa J. M. CARBAJAL