En Areñes no están dispuestos a perder ni un solo detalle de su pasado y saben que la tradición oral es un tesoro que jamás debería perderse. Porque solo así serán capaces de conservar las tradiciones y cumplir con el objetivo para el que se creó la asociación Ríu Fontoria: "dinamizar el pueblo y recuperar" todo aquello que los antecesores pusieron en práctica.

Con la vista puesta en recuperar cada detalle, el colectivo creó hace tiempo unas tardes muy especiales. Cada jueves, alrededor de una mesa, se inicia el taller "Café, galletines y cuentinos", una excusa perfecta para que los vecinos de más edad se acerquen al centro social a contar sus recuerdos. Allí, guiadas por una monitora, van rememorando cantares, refranes, adivinanzas e historias. Y todo va quedando plasmado en hojas que, tal vez dentro de un tiempo, puedan salir a la luz en un libro editado. Aunque eso será otra historia. Por el momento, cuenta Viri Iglesias, la presidenta de la asociación, "llevamos casi un año recuperando esta memoria, que no deja de ser la tradición oral que pasa de generación en generación y que no podemos perder. Nuestros mayores se mueren y lo que saben, si no lo guardamos, se pierde", asegura. Unos con otros se animan y el taller ha tenido una acogida muy positiva. "Tal vez un vecino se sabe la estrofa de una canción y otro es capaz de completar el resto, y así vamos rellenando parte de la historia, los dichos, la sabiduría popular", cuenta Iglesias. Y, de paso, "generamos actividad para que los mayores salgan de casa y se rompa la monotonía del pueblo", apunta.

En Areñes no paran. Y su actividad redunda en una mejora continua de la sociedad que habita el pueblo y del propio entorno. Tanto es así que fueron candidatos al premio "Pueblo ejemplar de Asturias" por, entre otras cosas, su labor de recuperación de costumbres, historias y de edificaciones tradicionales.