Un juzgado de lo contencioso administrativo de Oviedo ha admitido a trámite el recurso de apelación que los hosteleros de Ribadesella y el Ayuntamiento presentaron contra una sentencia que restringía enormemente las distancias para colocar terrazas y elementos comerciales en la calle. El sector teme que el fallo le conduzca a la ruina. Por ahora, no tendrán que ajustarse a Ley de Accesibilidad y, por tanto, podrán seguir funcionando hasta que la sentencia judicial sea firme. El proceso comenzó cuando un particular denunció al dueño de un bar por no cumplir la norma europea en su terraza, ubicada en la zona de La Atalaya. Según ella, el mobiliario que se coloca en los espacios públicos debe estar a 1,80 metros de la fachada, guardar una distancia con la calzada y, además, allí donde hay paso de vehículos, debe dejarse un ancho de 3,50 metros para su circulación. Con esos parámetros ni las terrazas riosellanas ni casi ninguna de los pueblos turísticos de la región podrían sacarse.