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RODRIGO DE BALBÍN | PREHISTORIADOR, ESPECIALISTA EN LA CUEVA DE TITO BUSTILLO

"La entrada original a Tito Bustillo sería más adecuada, pero tiene complicaciones"

"Que entre poca gente en la cueva me parece magnífico, 150 personas al día son muchísimas; debería haber una reproducción para desviar las visitas"

Rodrigo de Balbín. VICENTE ALONSO

Rodrigo de Balbín Behrman es el mayor especialista en la cueva de Tito Bustillo. Catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, su condición de prehistoriador con raíces asturianas le aporta la vertiente científica y la sentimental para sentir el yacimiento riosellano como propio. De Balbín opina que el cupo de visitas anterior a la pandemia, de 150 personas al día, es excesivo, y ve complicado realizar visitas a la cueva por la entrada original o mostrar otras zonas de la cavidad, como propone el director de Tito Bustillo, Alfonso Millara.

- ¿En qué situación se encuentra ahora mismo Tito Bustillo?

-Hay que subrayar en primer lugar que tiene una temporada de descanso, pasa el invierno cerrada, y eso es imprescindible, porque consigue que se recupere. Pero las visitas siempre son destructivas, enormemente destructivas. Es verdad que las cuevas son para la gente, desde luego, pero tenemos la obligación de cuidarlas y mantenerlas. Tito Bustillo sufre un ataque por parte de las raíces de los árboles de arriba y de los purines que sigue ocurriendo, y padece de una falta de seguimiento de su condición interna: humedad, líquenes, algas... Tiene una vida propia muy propia, no es un edificio estanco como puede ser Altamira.

- ¿Qué opina de convertir en permanente la restricción de acceso motivada por la pandemia, que ha dejado el cupo en 25 personas al día?

-Las cosas hay que justificarlas. Que vaya poca gente me parece magníficamente, pero cuando hicimos el proyecto del aula didáctica, que luego lo que se hizo no guarda relación ninguna, planteamos que se hiciera una reproducción suficiente, con una explicación, como se hace en todas las cuevas, para que descansaran en ella buena parte de las visitas. Esto no se hizo por lo que fuera, pero es una medida necesaria.

- ¿El límite estipulado con anterioridad a la crisis sanitaria, de 150 personas diarias, le parece excesivo?

-Ciento cincuenta personas al día son muchísimas. Aunque hubo tiempos que fueron peores. Yo participé en el cerramiento de Altamira, en la que entraban 3.000 personas al día. Unos cuantos jóvenes aguerridos de entonces conseguimos que aquello pasara. Y en Tito Bustillo hay que jugar a reducir las visitas.

- Los arqueólogos hablan de la monitorización continua de la cueva. ¿Eso se hace?

-Se hace una monitorización humana, la de los guías que entran a diario, pero la medida estricta de los parámetros, que yo sepa, no existe. Hubo un contrato hace mucho tiempo con un equipo gallego que tenían un serie de instrumentos en el interior, pero aquello se canceló y desapareció. No basta solo con decir que aquí hay tal temperatura y tal humedad.

- ¿Cree que es viable realizar visitas accediendo desde la entrada original?

-Es muy complicado. La cueva está destruida en su aspecto original, se hizo un túnel prácticamente para que entraran autocares, y eso es malo. La entrada original por Ardines sería más adecuada, desde luego, pero eso es muy difícil. Requeriría que arreglaran la puerta, que funcional fatal; después agacharse, entrar por una zona muy estrecha... tiene sus complicaciones. Nosotros Propusimos que se quitaran las luces, que se iluminara con linternas... creo que eso tiene que ver con lo que propone Millara.

- ¿Qué opina de la posibilidad de permitir el acceso a otras salas de la cueva?

-No entiendo muy bien a qué se refiere con esto. No se permite el acceso al camarín de las vulvas, o al conjunto V de los antropoformos, porque son espacios pequeños, la gente no cabe y supondría un problema de conservación muy grande. Por otro lado, la mayor parte de lo que se ve ahora es lo que llama al atención, y lo que no se ve son cosas que nos parecen muy interesantes a nosotros los arqueólogos, pero que son menos relevantes para el público general.

- ¿Asturias valora en su justa medida el tesoro patrimonial del arte paleolítico?

-Los asturianos tenemos algo muy importante que tenemos que disfrutar y de lo que deberíamos estar orgullosos. Yo creo que el interés evidentemente existe, hay cargos en la consejería con un evidente interés por lo que hay, pero en cuestiones de medidas concretas es mejorable. Arrimando el ascua a mi sardina, podrían publicar mi libro, "La cueva de Tito Bustillo", que lleva terminado desde marzo de 2019 y que analiza todo lo que se ha hecho, publica todos los conjuntos, todas las imágenes, es una visión total. El actual director general, Pablo León, está interesado, pero dice que lleva unos trámites y un tiempo. Antes solo tuve palabras, y no todas buenas.

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