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Un vehículo, en el arcén de la carretera a Camarmeña. | E. S. R.

“Queremos quitamiedos, nos jugamos la vida”, claman los vecinos de Camarmeña, en Cabrales

La carretera supera el 15% de pendiente y los usuarios ven “un peligro” en cada una de las curvas que los separan de la localidad de Poncebos

“No tenemos quitamiedos y llevamos pidiéndolos desde que se arregló la carretera, pero como sin cantáramos”. Los vecinos de Camarmeña, en el concejo de Cabrales, claman por una mejora en sus accesos desde que se construyó, en 1994. Consiguieron que se adecuara la vía, pero no lograron que fueran colocadas vallas que eviten caer a los vehículos por un precipicio.

Se trata, dicen, “de una seguridad básica” para los conductores que circulan a diario por la única vía que les une con la localidad de Poncebos. “Y no sólo por nosotros, aquí vienen muchos turistas, montañeros y trabajadores, no podemos estar jugándonos la vida por cuestiones tan básicas como éstas”, se quejan.

Adolfo Campillo es uno de esos vecinos, su familia es dueña, además, de un establecimiento hostelero en este pueblo, situado en el interior del parque nacional de los Picos de Europa. “Años llevamos detrás de esto, estamos hablando de 1,5 kilómetros de calzada, no me parece que sea un recorrido tan costoso como para seguir sin una triste valla que frene la caída”, indica. Estos días, “cuando comenzaron las heladas, los coches se deslizaban, y de no conseguir frenar a tiempo y detener el vehículo, hubiéramos tenido que lamentar algún que otro percance grave”, subraya.

Las obras de mejora ejecutadas en 2014 en la vía no incluyeron las barreras que exigen los vecinos

Pero “no sólo es en invierno el peligro, ahora ya echan sal y no te deslizas, pero el peligro sigue”. De la localidad de Camarmeña parten varias rutas de montaña por el espacio protegido, “hay conductores que no están habituados a este tipo de carreteras –con curvas pronunciadas casi desde el inicio de la vía– y dudan cuando se cruzan con otros vehículos, que no siempre es fácil la maniobra. Si hacen un mal giro, no hay salvación, se caen por el precipicio. No ha habido consecuencias graves, pero sí ha habido accidentes”, indica.

La carretera que accede a Camarmeña desde Poncebos tiene una pendiente media del 15% y después de reclamar de forma insistente, los vecinos lograron que hace seis años el Gobierno del Principado ejecutara obras para mejorar la vía por un importe de 53.000 euros. Sirvieron para eliminar los baches, hundimientos y socavones. Es verdad se colocaron algunas vallas quitamiedos, pero no donde los vecinos reclaman, “en las curvas más altas, las más peligrosas y las más cercanas al pueblo”. En algunos puntos “se colocaron piedras grandes, pero no están iluminadas y no son efectivas”, lamentan.

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