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San Valentín hace negocio en Infiesto

Alumnos del instituto piloñés crean una empresa para rentabilizar la efeméride como práctica de los ciclos que cursan en el centro

Alumnos participantes en la iniciativa, en su aula del Instituto de Infiesto. | Eva San Román

En el instituto de Infiesto saben que el día de San Valentín también es un negocio. Y, además, el profesor Nacho García aprovecha cada oportunidad que surge para transformar la rutina en una práctica del temario que imparte en el ciclo formativo de Gestión Administrativa. Por eso, sus alumnas de Operaciones Administrativas de Compraventa (en primer curso) y de Empresa (en segundo) han tomado como referencia esta celebración del 14 de febrero para volver a crear una compañía echando mano de sus conocimientos académicos teóricos.

No solo ha sido poner en marcha una empresa, sino que en esta ocasión, además, ha sido necesario innovar debido a la crisis del covid. En otras ocasiones en las que hicieron prácticas similares, los alumnos vendieron objetos o flores con dedicatorias por el Día de los enamorados. Pero esta vez, había de ser algo que no necesitase de contacto. Así, nació su iniciativa: “Ablanín te felicita por San Valentín”, que consistió en la edición de vídeos dedicados por encargo a los que se les ponía el precio de un euro. Han recaudado más de 200 euros después de dar forma a otras tantas grabaciones en las que alumnos y profesores han declarado su amor o manifestaban su cariño entre ellos.

“El pasado año vendimos claveles y los chavales se mandaron notas”, recuerda Nacho García. “Pero para evitar la propagación del coronavirus, este año esa práctica era inviable”, asume. Así que planteó a sus alumnos, que insistían en dar vida a alguna empresa, que propusieran el negocio que podría paliar el contratiempo y, con ello, aprendieran que todo siempre puede tener un plan b.

Vídeos personalizados

“Los estudiantes decidieron hacer vídeos personalizados. Cada interesado encargaba su dedicatoria y elegía su destinatario por el precio de un euro. El vídeo se produciría y el día 14 se enviaría por correo electrónico a quien correspondiera”, explica el profesor. Y así se ha hecho, con bastante éxito a la vista de los resultados.

Los siete alumnos de primer curso y los cinco de segundo invirtieron el tiempo de sus clases en buscar un producto atrayente valorando sus posibilidades, se marcaron un objetivo de ventas –debían ser más de 100 vídeos para rentabilizar el negocio–, crearon el producto final, diseñaron un plan de marketing y publicidad e iniciaron el proceso de comercialización.

Como penúltimo paso, el reparto del producto a sus destinatarios y el arqueo de caja como ejercicio contable. Y, para finalizar, la responsabilidad social corporativa, que se traduce en que los alumnos destinarán el dinero recaudado a un fin social que aún está por determinar.

Ahora tocará recoger el fruto que han sembrado. No el beneficio económico, sino lo aprendido de forma práctica y amena sobre materias que sobre el papel de los libros de texto resultan mucho más áridas. Entre otros aspectos, con este ejercicio los alumnos han practicado sobre la búsqueda de proveedores, el cálculo del margen de beneficios, la contabilidad o el arqueo de caja al final del día. Y lo habrán hecho casi jugando, aunque aprendiendo que los negocios siempre son más complicados al aplicarlos que al plantearlos.

Esta ha sido la última práctica diseñada y realizada en el centro piloñés, con la temática o la “oportunidad” comercial que ofrece San Valentín. Pero no será la última, puesto que se trata de un tipo de actividad habitual en el instituto, donde se entienden como una de las mejores opciones para avanzar en el futuro de los jóvenes que cursan estas especialidades.

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