Vecinos de la parroquia de Hontoria, en Llanes, que engloba a las localidades de Cardoso, Hontoria y Villahormes, denunciaron ayer el “abandono” que sienten por parte del Ayuntamiento de Llanes. Quieren que se les escuche y se les dé soluciones para la playa de La Huelga, a la que fundamentalmente acuden los residentes de la zona.

La playa quedó destrozada con las mareas y los temporales que se sucedieron desde el pasado mes de octubre. Y metidos ya en pleno verano, sin tener el arenal en condiciones, han decidido alzar la voz. Piden que sea un lugar “accesible y seguro” y se reparen las deficiencias que presenta el lugar.

El acceso, explican los afectados, está lleno de socavones y ya, en la playa, la situación no mejora. Con marea alta, la arena del primer tramo está cubierta por rocas y piedras. Literalmente no hay “donde poner una toalla”. Y la pasarela, que salva el río que separa Hontoria de Villahormes, tiene parte de la barandilla arrancada y rota, tirada en el suelo.

“No pedimos ya que haya servicio de socorrismo, sólo que sea accesible y segura, porque ahora mismo no lo es y es peligroso para la gente mayor y para los niños”, comentó Gonzalo Otero, vecino de la parroquia. Piden para los residentes de la zona un trato “igual” que el que reciben los de otras localidades con playa del concejo y solicitan a los miembros del gobierno local “ que cumplan con su responsabilidades”.

“Que no hagan distinciones entre unos y otros. Parece que somos vecinos de tercera. No creo que ningún vecino de Llanes tenga que salir a denunciar el mal estado de la playa de El Sablón o de Barro o Celorio”, dijo Otero.

Y no sólo claman por la playa, también por el saneamiento o el estado de los caminos de la parroquia, e incluso por la recogida de basuras que consideran “insuficiente”, sobre todo en verano, cuando la población se multiplica.

Piden un poco más de atención y que no se haga “distinciones” entre vecinos del mismo concejo. Tal es el enfado que tienen algunos vecinos que no descartan incluso realizar movilizaciones este mismo verano, durante el mes de agosto, para llamar la atención de la Administración local sobre las necesidades que tiene la parroquia, pues afirman estar “hartos” de que no se les haga caso.