Cruzar la carretera en la localidad de Las Rozas (Cangas de Onís) es una tarea difícil y peligrosa. El volumen de tráfico y la velocidad a la que circulan los vehículos a su paso por el pueblo son los principales problemas.
Los vecinos claman por una solución urgente. Los accidentes se suceden. El último, el pasado sábado, cuando dos vehículos chocaron frontalmente, generando largas caravanas. El pueblo se distribuye a ambos lados de la N-625, entre Arriondas y Cangas de Onís y tan sólo hay un paso de cebra para cruzar de una acera a otra en todo el trayecto. Pero ni siquiera en ese punto los vehículos paran, protestan los lugareños.
“No respetan el paso de peatones, es imposible cruzar”, dice Marigel Temprana, quien asegura que es difícil hacerlo en verano y en invierno. Denuncia que la velocidad de los vehículos es muy superior a los 50 kilómetros por hora permitidos en ese tramo. Ya ha habido dos fallecidos por accidentes y los vecinos quieren una solución “urgente y definitiva”.
“Cuando se pone el radar móvil los conductores van más despacio si se percatan”, pero los vecinos aseguran que no es la solución y que “se coloca pocas veces”. “Cuesta cruzar la carretera, tiene muchísimo tráfico y cada poco hay un accidente. Hicieron un paso de cebra, pero no sirve para nada” , apunta José Luis Cerra.
En verano hay más tráfico, pero en invierno el que hay “pasa haciendo rally”, comenta otra vecina, que pide un radar fijo, una buena señalización del paso de cebra o incluso semáforos. “No respetan nada, se podría poner semáforos, ya que a veces tardamos más de quince minutos en poder cruzar”, apunta el vecino Cristian Alonso.
