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Consternación en el Oriente por el fallecimiento de Basilio Aramburu, fundador de sidra Basilio de Arriondas, a los 100 años

Su llagar data de 1890 y su trayectoria en pro de la sidra era ampliamente reconocida

Basilio Aramburu, en su casa de Arriondas, con una de las botellas de sidra de su llagar, hace unos años.

En la tarde del lunes fallecía en Arriondas (Parres), Basilio Aramburu Campillo, uno de los hombres que más aportó al mundo de la sidra en la comunidad autónoma y que se granjeó un reconocido prestigio en ese sector, desde uno de los llagares más antiguos de Asturias, que databa del año 1890, conocido antaño como el llagar de Ñico. Basilio, en Arriondas (Parres), se hizo cargo de ese llagar en el año 1956 para, tras una serie de reformas y mejoras adaptadas a los tiempos que corrían, apostar por la sidra asturiana como referente y volcarse en la producción y elaboración propia: Sidra Basilio. 

"Trabajador, emprendedor y familiar. Era el varón mayor de diez hermanos y de joven tiro de ellos. Se instaló en Arriondas y reabrió el restaurante La Gran Terraza. Más adelante, se casó y formó su familia y emprendió un nuevo proyecto: Sidra Basilio, que, con tesón y esfuerzo logró hacerse con el premio a la mejor Sidra de Asturias. Gracias a su trabajo sacó adelante a sus cinco hijos y los educó, junto con Isabel -su esposa- para que fueran buenas personas, nobles y buenos vecinos", dijo uno de sus hijos, Beni Aramburu Melero, sobre la figura de su padre. "Creo que era el socio vivo más antiguo del Bollu. Siempre participó en la fiesta del Bollu y en Las Piraguas, desfilando con carrozas y sidra", añadió.

Basilio junto a su hijo Beni. J. M. Carbajal

El funeral tendrá lugar mañana, 1 de diciembre, a las doce del mediodía en la iglesia parroquial de Arriondas. Posteriormente, será enterrado en el cementerio parroquial de Panes (Peñamellera Baja), de donde era oriunda su familia. Basilio, que contaba 100 años de edad, había nacido en el núcleo rural de Robrigedo, en el valle peñamellerano, aunque echó raíces en la capital parraguesa a mediados de la década de los 50 del siglo pasado. Sin duda, tras casi siete décadas elaborando la bebida astur por excelencia, ha fallecido el último gran llagaderu del área de influencia de los Picos de Europa. 

“Creador -junto con su esposa Isabel Melero Vega- de una ‘saga’ familiar de notable peso en Arriondas. Familia muy querida. Basilio era un hombre siempre bromista y siempre estaba de buen humor”. Así recuerda la personalidad de Basilio Aramburu el cronista oficial de Parres, Fran Rozada. Y es que esa saga familiar es francamente conocida en toda la comarca del Oriente del Principado de Asturias. Además, sus hijos –Miguel, que falleció el 6 de mayo de 2020; Agustín, Tomás, Beni y César- también tenían vínculos, de una u otra forma, con Sidra Basilio. 

Tradicionalmente, la manzana con la que se elabora la sidra Basilio provenía de concejos próximos al área de los Picos de Europa: Ponga, Parres, Piloña, Onís y Cangas de Onís. Se elabora y, por supuesto, también se distribuye en esa zona. En 1987 el llagar de Basilio recibió el premio a la mejor sidra de Asturias, en Villaviciosa. Con su muerte se apaga uno de los personajes más carismáticos de la comarca, trabajador, familiar, con don de gentes, amigo de sus amigos y con un gracejo inigualable a la hora de contar anécdotas y chistes. Todo un personaje, además de muy buena persona.

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